Tomás Álvarez: «En la Vía de la Plata nos encontramos con el alma de León»

Esta tarde, la Feria del Libro se convertirá en un amplio escaparate cultural en el que la difusión de las cosas leonesas adquirirá un significado especial. Así, a las 18.30 horas, el periodista cepedano Tomás Álvarez, responsable del área de reportajes de la Agencia Efe y autor de varias otras obras sobre su comarca natal, presentará La guía de la Vía de la Plata. Pueblo a pueblo, libro publicado por la editorial leonesa Lobo Sapiens. Se trata de un recorrido pormenorizado y bien documentado que, paso a paso, cuenta al lector no sólo las peripecias históricas de los lugares hilados por esta ruta, sino también los pequeños pero importantes placeres de sus pueblos; gastronomía, patrimonio artístico, arquitectura rural o valores naturales. Según Tomás Álvarez, la obra se generó gracias a su interés y curiosidad por esta zona de la Península, visitada por él y de continuo desde hace más de dos años. Desde Mérida a Astorga, paisaje y paisanaje forman un conjunto «muy desconocido -comenta- y de gran riqueza cultural». En concreto, Extremadura le llamó especialmente la atención por su entorno natural «especialmente bello». Esta obra «entronca», dice Álvarez, con otros trabajos como el que estamos haciendo en Villamejil, en la Cepeda, orientados hacia la «revalorización de las zonas agrarias» hoy castigadas por el olvido institucional y la pérdida de capital humano. De esta manera, tal y como ha sucedido con toda la franja del Camino de Santiago, Álvarez quiere imprimir una nueva vitalidad en los habitantes de estos núcleos con el fin de que emprendan negocios y aúnen esfuerzos en sus pueblos natales y así dotar de vida a esta extensa zona; arteria vital «del Reino de León», ya que la calzada romana que desde antiguo unió el Occidente de España sirvió de cauce natural para la expansión de este país. Tanto es así que en el límite de la provincia de Badajoz muchos pueblos llevan el apellido «de León». A juicio de Álvarez, el escaso dinamismo de la franja tiene sus orígenes en el siglo XVII, al crearse la red radial de carreteras que partían todas de Madrid, marginando todo este itinerario humano y cultural y «creando bolsas de abandono y despoblación». Las coincidencias gastronómicas, musicales o etnográficas permiten a Álvarez decir que en la Vía «nos encontramos con el alma de León».