Pallarés: 100 años en el corazón de León
El emblemático edificio cumple un siglo presidiendo la vida de la ciudad con una ubicación que le convierte en referente cultural, urbano y arquitectónico | Construido en 1922 por Manuel de Cárdenas, fue ferretería 60 años hasta que inicia su uso cultural
El viaje al centro de León acaba en Pallarés. Y así que pasen cien años lo sigue siendo como emblemático edificio que preside la vida de la ciudad. Su ubicación hace que sea referente urbano y arquitectónico. Y resulta además que su funcionalidad interior consigue que a lo largo de una existencia centenaria haya podido ser de todo. Ahora es museo. Pero Pallarés es punto de encuentro o fotografía, un lugar que hace reconocible a la ciudad. Toda una historia.
Casi como si tuviera condición humana puede decirse entre sus méritos que la historia de Pallarés es que surge desde abajo hasta presidir vida sociocultural leonesa.
Si desde 2007 es el Museo de León, su solar fue el final de la ciudad en la época romana. Posteriormente, un espacio que pudo ser destinado a huerta en la época medieval y que comenzó a ser ‘alguien’ en la ciudad como vertedero. Acababa ahí el León amurallado, como ahora, pero el destino deparaba un futuro diferente a este punto, que coincide con el desarrollo urbanístico y comercial de las ciudades. Si León crecía, el centro neurálgico comenzaba a dibujarse allí. Y hasta hoy.
Ahora, como museo, es un lugar patrimonial, con un contenido dedicado también a contar León, pero el edificio, por fuera, con su particularidad arquitectónica hace que sea de parada y mirada obligatoria para quien por allí pasa. Y de máxima curiosidad para el viajero o visitante.
En 1922, el arquitecto Manuel de Cárdenas es el encargado de crear un edificio emblemático, de imponente presencia, que serviría así de manera inicial para dar respuesta a esa necesidad de potenciar el comercio, en este caso bajo la iniciativa de la familia Pallarés.
El 25 de enero del 2007 la entonces ministra de Cultura, Carmen Calvo, inauguraba una exposición concebida como un «viaje» por 300.000 años de historia, a través de 2.500 obras cuidadosamente seleccionadas, la mitad de ellas inéditas para el público.
Si el Instituto Juan del Enzina corrió peor suerte, los alumnos en la puerta ponen cara de asombro cuando se les pregunta si saben que ese edificio que paciente siempre se muestra a su vista cumple cien años.
Puede que es 2022 sea el año del redescubrimiento de su propia cronografía.
Desde 1922 fue durante 60 años almacén de ferretería. Después fue adquirido por la Diputación. En 1994 se inició un proyecto de reforma para su transformación como centro de exposiciones, que quedaron inconclusas al abandonar el proyecto. El Ministerio de Cultura adquirió el edificio en 2001 con destino al Museo de León.
Su proceso constructivo es el siguiente: Proyecto original (De Cárdenas, M., 1922). Proyecto de adaptación a Centro de Artes (Lozano, A., 1994). Proyecto de adaptación del edificio (Lozano, A., 2003).
De lenguaje ecléctico, presenta una fachada prácticamente ciega en la cara este y una rotonda en la opuesta, que asoma a la plaza de Santo Domingo. Y es tal vez la muestra más imponente de la transición entre el caso viejo y el ensanche del siglo XIX.