Las diez espinas del confinamiento

El vinilo está de moda y León ya tiene el primer sello discográfico que apuesta por el clásico formato. Discos La Mona, es la nueva empresa de José Gago, sin más pretensiones que sacar a la luz Las espinas de Ofrenda Floral y luego ya se verá.

El disco acaba de salir al mercado después de una larga gestación, pues a la fase creativa, prolongada por el ritmo vital pausado del confinamiento, y la grabación hubo que sumar los ocho largos meses de retraso que las joyas de acetato han tardado en llegar a sus manos.

La edición cuenta con un reducidísimo número de copias en vinilo —250— y no tendrá con reediciones futuras, como avisa su productor. Las espinas es un proyecto que surge en un momento vital muy concreto de Fernando de la Flor en un escenario que nadie había imaginado. La pandemia, el confinamiento y las pérdidas ocasionadas por el virus que se ha popularizado por su forma de pelota sembrada de espinas.

«El disco está dedicado a mi padre que falleció durante la primera ola de la pandemia», confiesa este músico que se encuadra en un estilo pop castellano, electrónico y muy tranquilo. Las espinas son diez canciones que conectan la tragedia familiar y personal con la vivencia colectiva.

Son las espinas del virus y las hojas-espina de la flor del liquidámbar, que ilustra la portada del disco sobre fondo rojo, cuya belleza misteriosa se cruzaba en su camino de casa al trabajo y del trabajo a casa en aquellos meses del confinamiento.

«La portada es una flor seca con un parecido visual extraordinario al del coronavirus, la flor del liquidámbar, un árbol que para Fernando pasó desapercibido antes de marzo de 2020 y que empezó a contemplar con un detenimiento mágico cuando iba de su casa al trabajo y del trabajo», apunta José Gago. «Una flor que en su musicalidad y en la lírica de las canciones que terminaron conformando el disco se convierte en un reconocimiento personal y privado a sus padres», añade. No obstante, las canciones no tratan solo de ellos, si no que «son el eco tímido de etapas pasadas que me han conducido al presente a través de un moonwalk torpe y desenfocado sin el más mínimo sentimiento de nostalgia», señala Fernando de la Flor..

«Es precisamente ese paso del tiempo lo que lo convierte en algo muy especial. Se gestó en unas circunstancias que nada tienen que ver con la vida actual de su frontman, Fernando de la Flor», comenta José Gago. Es el disco del antes y el después, de las cosas que fueron y dejaron de ser.

Las espinas , en su proceso de creación, edición y publicación, es también un tributo a la amistad entre Fernando de la Flor, José Gago y Beatriz Fernández, que canta a dúo la práctica totalidad de los temas, y a la música. Vivencias y encuentros aderezados con café y agua con gas en el café Sputnik, uno de los puntos de venta del vinilo junto con la recién abierta Lizart Music, de Juantxo.

Las espinas es también «un proyecto que también se convirtió en una vía de escape para Beatriz Fernández en su particular lucha en el año más complicado de su vida, y una forma muy especial de mantener inmarcesible el recuerdo de Q, quien se convirtiera en su primera y agradecida espectadora».

Y es también una ofrenda a la vida. A pesar de todo, como dice la canción: «Sigue adelante / como un caballo / a la carrera / Por un camino / claro y bonito / lleno de estrellas».

Las espinas es seguramente una forma de quitarse las espinas y de cicatrizar las heridas del virus con la música, «el medio de expresión que siempre he tenido», apunta De la Flor.

Ofrenda Floral es el segundo proyecto musical de este leonés. Se dio a conocer este autor fue Gente Joven, un grupo formado junto a Patricia Magadán y Pablo Álvarez, que sacó su nombre de un talent show televisivo de los años 80 y con el que publicó tres discos en sellos como Discos de Kirlian o Acuarela. La genealogía familiar y el juego con el apellido, están presentes en Las flores no me odian , de 2018, disco dedicado a su madre.

José Gago, conocido por su tienda La Mona se viste de seda y como impulsor del Come y Calle, se ha lanzado a la producción musical también con la idea de «generar contenido cultural a la vez que hacemos cosas que nos gustan» en una ciudad en la que tienen fe. «Tiene ciertas limitaciones pero creemos en León», apostilla. No sabe qué será de Discos La Mona, pero sí que el vinilo ha vuelto para quedarse. Es la tendencia de gente que quiere «escapar del consumo masivo y de las redes sociales». Vuelve el vinilo con el mismo toque de romanticismo que se han gestado Las espinas y se desempolvan las minicadenas y tocadiscos. Para los que tengan prisa Las espinas está en Spotify.