El futuro de la música se juega en el pasado

Un chico de 12 años se compra, supervisado por su madre, un disco de Red Hot Chili Peppers. Es una reedición, por tanto su precio ronda los 30 euros. Un padre y su hijo contemplan con admiración uno de los trabajos históricos de AC DC. Es un disco de colección, por tanto cuesta más de 60 euros. Ahí parece que hay una familia de tres generaciones en torno a un disco de Boston. Los hay también que van por libre y, por ejemplo se ve a un hombre que estrecha su propio cerco para tener la colección completa de Alan Parsons Project. Ayer cayó otro. La feria del coleccionismo del disco y más, que ayer cerró sus puertas en León, es una película de alta fidelidad. También hay cine, por cierto. Y de cómo explicar, sin caer en el ‘viejunismo’, que frente a los éxitos musicales de ahora, tan instantáneos y millonarios como efímeros, esto de ‘antes’ tiene a su favor que hay un relato cultural, desde que se comienza a elaborar una canción que luego formará parte de un álbum hasta al comprador que adquiere esa propuesta artística.

Como lo de ahora es otra cosa, estos días en León se puede decir que el futuro de la música se jugó en el pasado. O al menos el de otra música.

Juan de Dios repite en León. Y eso que viene de Jerez con algo que es como una tienda ambulante llena de grandes propuestas. Su establecimiento, sea en Jerez, su lugar de origen, o sobre ruedas, en las ferias que hay por España, se llama Discosxmil. Esa X alude a cantidades que recuerdan a las pesetas, que así fue como se compraron durante mucho tiempo los discos. El boom actual no es para tirar cohetes, eso que quede claro, pero sí para analizarlo: «Ha crecido mucho el comprador joven. Y las compañías están reeditando en vinilo prácticamente todos los catálogos. Por un lado, es bueno como negocio. Aunque a mi me crea la contradicción de que vamos a perder el cliente coleccionista, el que no busca nuevas reediciones», reflexiona. Aunque tampoco olvida que a raíz de las crisis y recrisis, más los cambios tecnológicos, el negocio debía redefinirse.

En toda esta vorágine actual los más jóvenes se acercan al formato antiguo o que se reproduce en dispositivos musicales. Y, por tanto, se aproximan a nombres que forman parte de la historia de la música moderna. Salen a colación The Human League, Green Day, Violadores del Verso. Se los llevan chavales de menos de 18 años. «Tal vez la moda sea solo eso y pase», advierte De Dios. Pero hasta algunos singles de grupos leoneses brotan entre miles de propuestas.