«El barrio Italiano de León era la tormenta perfecta»

El barrio Italiano de León creció de bar en bar y se amuebló con libros. El barrio Italiano de León era un pequeño quartier Latin en el que se cruzaban la historia científica y literaria, los inspectores de policía y los militantes comunistas.

De los secretos del barrio italiano de León hablará hoy, todo lo que guste el público, Juan Carlos Uriarte, Johnny , en la Fundación Sierra Pambley a partir de las 19.30 horas. ‘EntreLibros: Una historia vivida con calma’ es el título del encuentro con este artista —que fue librero y músico antes que escultor— que organiza y presenta la siempre activa Marisa Valbuena.

«Será un encuentro centrado en la figura de un leonés de culto y peculiar», y girará en torno a Uriarte y la literatura; Uriarte y la música y Uriarte y el arte (pintura y escultura). Una tertulia que toma como referencia espacial y temporal un barrio de León —el Italiano— «que giraba alrededor de la librería Pisa, propiedad de Juan Carlos Uriarte», explica. Se hablará de personas y vivencias que aglutinó durante un periodo de más de un cuarto de siglo.

Juan Carlos Uriarte nació y se crió en el barrio italiano de León, Su padre tenía una papelería-kiosko-librería en la calle Comandante Zorita y su madre, Pepita, tenía su peluquería en el piso de enfrente. Cuando el joven Uriarte se tuvo que hacer cargo de aquel local —tan solo tenía 14 años cuando falleció su padre— pensó en bautizar la librería con el nombre de algún escritor.

Pero la hostelería se le echó encima. Le conminaron a continuar una tradición recientemente inaugurada en los bares. Venecia, Italia, Sorrento, Nápoles... más tarde Don Corleone y «dada la inclinación que tengo» no pudo elegir otro que Pisa. Así nació un mito que aún pervive en la memoria de muchos leoneses y cuyo local mantiene la tradición librera con la Elektra de Alicia.

«Aquel barrio era la tormenta perfecta», comenta Juan Carlos Uriarte. Pintores como Estrada, Jular y Vargas eran convecinos, al igual que Luis Mateo Díez, Cordero del Campillo y Paco Pérez Herrero, el urdidor de la leyenda de Genarín.

«La historia científica y literaria de León vivía allí». Era el Italino un pedazo de un barrio creciente, San Claudio, por el que se cruzaban a diario la figura del inspector Crisógono García Escobar —el segundo de Melitón Manzanas, asesinado por ETA en el País Vasco— y los de la social que «me llamaban a deshora». Eran aquellos años «locos» en los que dedicar un escaparate a León Felipe te podía llevar a los calabozos y en los que Uriarte aprendió a gestionar un cajón de libros prohibido de la mano de Jular padre, que tenía el propio en la librería Valderas. Y era Pisa una librería de la que se surtió la biblioteca de don Miguel Delibes, uno de sus hijos estudiaba Veterinaria en León y tenía ficha abierta, al igual que Julio Llamazares cuando aún estudiaba Derecho en Oviedo.

Era Pisa una librería frecuentada por adolescentes en busca de novelas de serie negra. Un lugar de encuentros, también amorosos, en el que la música tuvo un lugar especial. «En el que fue mi zulo durante 30 años», comenta, nació el grupo Pioneros del folk, más tarde Capas pardas, fundado por el inquieto Uriarte. Era Pisa una librería «puntera» de un joven que terminó los estudios de bachillerato entre el Padre Isla de Santo Domingo y el nuevo edificio de San Claudio y dejó colgado los de delineante porque «me aburría, trabajaba, tenía dinero y un sentido de libertad» que cultivó en sus viajes solitarios a Gijón, a Ibiza y Mallorca «cuando aún no existía el hotel de Matutes. Tenía yo 17 ó 18 años». De fechas no va a hablar mucho, sólo sabe que hace 33 años que cerró aquella librería, y que hace treinta que vive con su mujer, la pianista Belén Ordóñez.

‘EntreLibros: una historia vivida con calma’ es la primera tertulia con un artista que conduce Marisa Valbuena, aunque se espera que no sea la última.