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El Rey del Grabado, en El Albéitar

Las Salas de Exposiciones del Ateneo Cultural de la Universidad exponen una muestra retrospectiva (1950-1980) con treinta obras del artista Antoni Clavé

Federico Fernández, experto en la obra de Clavé. DL

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León

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Las Salas de Exposiciones del Ateneo Cultural El Albéitar de la Universidad de León (ULE) exponen una interesante muestra retrospectiva (1950-1980) con una selección de obras de Antoni Clavé, el Rey del Grabado, que se podrá visitar libremente hasta el 27 de mayo de 2022, de lunes a viernes en horario de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 20.00 horas.

La exposición, que ha sido comisariada por Federico Fernández, director de la Obra Cultural de Funiber (Fundación Universitaria Iberoamericana), consta de 30 grabados representativos de la evolución de Antoni Clavé, que abarcan desde sus inicios figurativos de los años 50, pasando por sus visiones expresionistas de reyes y guerreros, sus homenajes a El Greco y sus impresiones gráficas, con relieves múltiples entre los que destacan las diversas series con guantes hasta los años 80.

Federico Fernández explicó que «la especificidad de la actividad de artista grabador en el caso de Clavé le diferencia de la casi totalidad de artistas que trabajan el grabado, en el hecho de que Clavé fue un artista que no trabajaba con un maestro grabador en la confección de sus grabados ya que él mismo realizaba el grabado por sí mismo en todas sus fases manteniendo en todas ellas la responsabilidad total y absoluta de la autoría de la obra, por él y solo por él, realizada».

Clavé nació en 1913 y su trayectoria fue siempre coronada por el éxito en todo aquello que emprendió. Maestro del arte litográfico, conquistó Francia con sus series de primera etapa, y triunfó en la creación de carteles cinematográficos, siendo finalmente contratado por la Metro.

El contacto con Picasso influyó en su pintura, y buena muestra de esta etapa son las preciosas litografías sobre temas taurinos, de circo y arlequines. En los años cincuenta creó las series de pinturas y litografías de los reyes y guerreros muy personales y que le darían enorme éxito internacional.

Con un espíritu inquieto y renovador, nunca se estancó en formas de éxito y continuó experimentando en técnicas y materiales, creando un expresionismo abstracto de factura inconfundible en su diversidad por su composición y colorido personalísimo.

Su obra se encuentra en colecciones y museos de todo el mundo, incluso de Oriente, y su figura está hoy en la cima de la plástica catalana con reconocimiento internacional. Vivió y trabajó en Francia, pero su obra, especialmente la anterior a 1950, remite a temas españoles, incluso ‘españoladas’ como toros, caballeros y caballos, y posteriormente los homenajes a El Greco, siempre con un tratamiento personal y de vanguardia.

El descubrimiento de la técnica del carborundum en 1968 le abrió un campo de nuevas posibilidades creativas que se manifiestan en la diversidad de obras que tienen el relieve como sello de la obra de Clavé. «Tal fue su pasión y dedicación al grabado, que creó su taller específico en paralelo con el de pintor, en Cap Sain-Pierre», y añade que con el grabado, «Clavé encontró el medio idóneo para dar rienda suelta a su pasión artesanal, conservando al tiempo su sensibilidad artística». Fue Premio de la Unesco en la XVIII Biennale Internacionale de Arte de Venecia en 1956.