Teatro Emperador: solo una solución política
Amithe escenifica la petición ciudadana de la reapertura del recinto pero concluye que las instituciones tienen que decidir
El Gobierno central tiene las llaves que reabrirían el Teatro Emperador, pero podría ser la Junta de Castilla y León la institución adecuada para que el recinto volviera a albergar cultura. Aunque el Ayuntamiento de León también estaría llamado a liderar ese anhelo social. En definitiva, unos por otros, el teatro sin abrir. Ayer, gracias a la convocatoria llevada a cabo por la Asociación Nacional de Amigos de los Teatros Históricos de España, la ciudad volvió a hacer visible el deseo de que el Emperador vuelva a ser un punto neurálgico de la cultura leonesa.
La asociación, presidida por Juan López Galiacho, y que cuenta entre su directiva con Alejandro Conty, arquitecto leonés, hizo ayer todo lo que pudo. Reunió a un buen grupo de leoneses, entre los que se pudo ver a activos de la cultura local. Y mantuvo un encuentro con Evelia Fernández, concejala del Área de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de León. Ahí detectaron que «la solución política es la única vía».
Al margen, está el gran dossier que es un estudio acerca de las posibilidades no solo del Emperador sino de la ciudad en torno al mundo del espectáculo.
Una vez más se hizo balance de ese cierre del teatro, que supuso toda una pérdida del hilo del relato, que hace que las instituciones de manera sutil se pasen la pelota y el Emperador siga cerrado.
El Teatro Emperador pertenece desde 2008 al Ministerio de Cultura, tras hacerse cargo de la compra que realizó el Ayuntamiento de León a la Empresa Leonesa de Espectáculos. El objetivo era implantar en el emblemático teatro el Centro Nacional de Artes Escénicas y de las Músicas Históricas. Pese a que estaba previsto que la restauración para tal fin se finalizara en el año 2011, el cambio de color político en el Gobierno aparcó el proyecto sin que se haya retomado aún. Entre 2009 y 2011 se realizaron unas obras de adecentamiento, en las que se pintó la fachada y se retiró el letrero luminoso que durante décadas colgó de su entrada.
Amithe recuerda sus valores «como patrimonio histórico de la arquitectura teatral española y así recuperar la memoria colectiva de los ciudadanos de León para convertirle en un gran centro escénico y cultural del siglo XXI». Así se puso al menos de manifiesto ayer, cuando en el Emperador hubo un taquillazo.