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«Mano negra» en Los Cubos

José Antonio Diez culpa a una parte externa de que Patrimonio le enmiende su proyecto de enterrar los Cubos de la muralla dentro de las obras de reurbanización

Imagen del pasado 31 de mayo del estado de las obras de reurbanización. RAMIRO

León

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La decisión de la Comisión Provincial de Patrimonio de enmendar la intención del Ayuntamiento de León de enterrar los Cubos de la muralla, sacados a la luz dentro de las obras de reurbanización de la calle Carreras, la analizó ayer el alcalde José Antonio Diez como el resultado de la acción de «una mano negra de connivencia entre una parte externa a la comisión y otra interna para intentar paralizar esta obra». Después de que el órgano formado por arquitectos y expertos, y presidido por la delegada territorial de la Junta, le denegara el permiso para sepultar las huellas de la fortificación, que fueron demolidas entre finales del siglo XIX y principios del XX, el regidor socialista culpó «al PP y a quien le dirige por detrás en muchas ocasiones» de que obliguen a su gobierno a hacer «un nuevo proyecto en el que a estos restos arqueológicos se les permita su conservación, exhibición, recreación y puesta en valor, porque son parte del monumento y por lo tanto tienen que ser altamente protegidos».

Fuera de estos criterios marcados, Diez prefirió desviar el debate para hacer ver que «es triste que las cosas se lleven al ámbito político cuando realmente deberían verse en el ámbito del beneficio de los ciudadanos». Al pie de esta teoría conspirativa, el alcalde expuso que «ha habido una parte externa a la comisión que ha intentado forzar en los días previos y una parte interna, donde algunos miembros han estado proponiendo soluciones alternativas que la propia comisión desechó, como la reconstrucción de los Cubos, que era algo no viable y fuera de toda lógica». «Me consta que la propia presidenta de la comisión (la delegada de la Junta, Ester Muñoz) incidía bastante siguiendo tesis publicadas», resolvió el regidor.

Pese a estos apuntes, Diez apostilló que está «contento y satisfecho porque parece que ha prevalecido de manera notable el sentido común y el criterio de mantener y preservar nuestro patrimonio, de una manera lógica y coherente». El primer edil recalcó que «aquello que se propone parece que es coherente» y lo reciben «con agrado». «No hay ninguna modificación sustancial absolutamente de nada de lo que había proyectado el propio Ayuntamiento», intentó hacer ver el alcalde, pese a que Patrimonio le exige un nuevo proyecto en el que no se entierren los restos y tan sólo quede a la vista una marca de la huella de su trazado con un banco metálico, como se recoge en los planos del plan original del consistorio.

Sin hacer mención a estas diferencias, el regidor detalló que van a «trabajar en la línea que diga la comisión, coherente y aceptable». «Pero no muchas de las propuestas que se querían llevar ahí», citó, en referencia a la idea de reconstruir por completo los Cubos, que ha quedado descartada, y que se planteaban «con el único objetivo de paralizar una obra, pensando que si no llega a las elecciones igual hace un daño». «Los ciudadanos son bastante más inteligentes que todo eso», reseñó el alcalde, quien afinó que «hay que recordar que este es un proyecto de urbanización, no de restauración».