Así traicionó el obispo leonés a Miguel Hernández
Una carta del hermano del poeta confirma que Luis Almarcha le abandonó
Una carta inédita sobre las penalidades que sufrió el poeta Miguel Hernández durante su estancia en la prisión de Alicante, donde falleció, que fue remitida por su hermano Vicente Hernández a un amigo, el médico Vicente Escudero, ha sido incorporada al legado hernandiano que conserva el Instituto de Estudios Giennenses (IEG) de la Diputación de Jaén. El hermano del poeta quería que se supiera «la verdad». En la misiva, cuenta la entrevista que mantuvo con Luis Almarcha, obispo de León y amigo de la infancia del autor de El rayo que no cesa, al que negó su ayuda en su peor momento. Esta historia ya se conocía, la contó en primicia en Diario de León Miguel Ángel Nepomuceno en el año 2000, en el artículo titulado Almarcha y Miguel Hernández. La amistad peligrosa. Pero faltaba el documento original.
El presidente de la Diputación, Francisco Reyes, ha hecho entrega al alcalde de Quesada (Jaén), José Luis Vílchez, de la copia de esta carta escrita por el hermano de Miguel Hernández y que formará parte del archivo del museo de esta localidad, donde nació la esposa del poeta, que contiene más de 5.800 registros bibliográficos entre manuscritos, folletos, partituras, prensa histórica o grabaciones, y cerca de 27.000 imágenes.
En la misiva, fundamental para conocer los últimos momentos de la vida del poeta de Orihuela, su hermano Vicente cuenta a un amigo las distintas gestiones que realizó durante la estancia de Miguel Hernández en la cárcel para que fuera atendido, dado su precario estado de salud.
«Unos trámites que resultaron infructuosos y que terminaron con la muerte del poeta en una prisión donde otros muchos reclusos también padecieron unas condiciones infames», ha asegurado el presidente de la institución provincial.
El hermano explica en la carta las condiciones inhumanas en las que se encontraba el poeta al igual que otros reclusos: «Cuando mi hermano estaba ya con el pulmón quitado por don Antonio Barbero, estando tan malo en aquella enfermería donde había noventa o cien hombres tendidos quitándose las puses los unos a los otros con trapos sucios, pues allí no entraba un médico o un practicante en siete u ocho días, aquello era inhumano».
Los documentos «pueden ser consultados a través de internet por todo el mundo, con lo que cumplimos con el doble compromiso que asumimos con la familia de Miguel Hernández hace una década cuando adquirimos su legado: por un lado, preservarlo y, por otro, contribuir a que su figura y su obra fueran aún más conocidos en todo el mundo”, ha resaltado el presidente de la Diputación.
Reyes ha recordado que a lo largo de todo este año se está desarrollando un amplio programa de actividades para conmemorar el ochenta aniversario de su fallecimiento.