CABALLOS, TRASTOS Y UN KIOSKO
El claustro de la Catedral de León sirve para todo
Recitales de ópera, poesía y teatro, almacén de piedras y veletas...
¿Cómo entró un caballo en la Catedral de León? Formaba parte del ‘atrezzo’ de uno de los autos sacramentales que durante varios años representó la compañía Arpegio. No es la única ‘excentricidad’ que ha acogido uno de los espacios más versátiles de la ciudad.
La Junta ‘plantó’ un kiosco de metacrilato en el centro del patio gótico durante ocho años. Quitarlo supuso una auténtica batalla.
El objetivo era que sirviera para explicar —principalmente a los escolares— las restauraciones emprendidas en el templo dentro del programa El Sueño de la Luz.
La estructura efímera, de estética parecida al Musac, le costó al Gobierno autonómico 100.000 euros. Por su interior desfilaron 200.000 visitantes.
Almacén de objetos perdidos
El claustro es también el almacén de los objetos que el edificio ha ido quitando y perdiendo a lo largo de siglos. En un lateral se encuentra la veleta ‘gafe’. Le cayó un rayo y dos veces se desplomó de la Torre Sur, conocida como la Torre del Reloj. A pocos metros están ‘plantados’ dos chapiteles del siglo XVI coronados por san Pedro y san Pablo, que, antes de la magna restauración de la Pulchra a finales del siglo XIX, remataban el hastial oeste. Además, hay una colección de lápidas funerarias; sin contar los con los sepulcros de Munio Ponzardi, Domingo Juan o la del canónigo Juan Martí
El claustro es la ‘residencia’ de 23 santos apeados de la fachada principal, por su delicado estado de conservación. Su estancia iba a ser temporal, pero llevan trece años en este enclave y sin previsión de mudarse. En 2011 se instaló la pila bautismal del antiguo Hospicio, en la que fueron cristianados más de 30.000 huérfanos.
Algunos visitantes lo confunden con un pozo, pero se trata de la ‘armadura’ de piedra de un rosetón de la Catedral, y también encontró acomodo en el claustro.
El templo gótico no es solo un lugar de oración, sino también de juego. Las pruebas, esculpidas sobre algunas piedras, fueron localizadas en 2008 por Juan Carlos Campos, el descubridor de los petroglifos de la Maragatería. Encontró entonces diez tableros de alquerque —el juego precursor del ajedrez y las damas, que se juega con un tablero sobre rayas y doce peones— situados en el interior del templo gótico y en los lugares más soleados del claustro. La mayoría obedecen al clásico diseño del alquerque de doce (también existen las variantes de tres y nueve).
El rey Alfonso X el Sabio mencionó el alquerque y sus tres variantes en su obra Juegos diversos de axedrez, dados y tablas (1238). El monarca explica que el alquerque se parece al ajedrez «porque se juega por seso», es decir, con inteligencia.
El descubrimiento de Kubrick
En 1992, el cineasta norteamericano Stanley Kubrick se interesó por rodar una película sobre los templarios y el ajedrez. Embarcado en otros proyectos, el filme nunca se llevó a cabo, quizá por la muerte prematura del cineasta siete años después. El periodista leonés y maestro de ajedrez Miguel Ángel Nepomuceno fue quien le contó que el claustro de la Catedral es un perfecto tablero de ajedrez de ocho por ocho casillas. En en encuentro le relató la leyenda del juego de ajedrez y la Virgen del Dado y sobre la maldición del ajedrez de San Genadio.
En 2001, el arquitecto navarro Juan Miguel Otxotorena ganó un concurso de ideas para resolver el problema de humedades en el claustro. La propuesta era sencilla e innovadora, siguiendo la línea de la pirámide del Louvre. Un cubo de cristal protector que no restaría luminosidad al claustro. Sin embargo, el concurso nunca tuvo intención de plasmarse en un proyecto real.
El claustro catedralicio ha sido escenario de varios rodajes de cine, de óperas, conciertos de música clásica, cónclave de poetas (Poemas en el claustro) y lugar de desfile de las cien doncellas (las Cantaderas). En 1993, por primera vez, el artista leonés Juan Carlos Uriarte lo convirtió en sala de exposiciones y colocó un gigantesco grupo escultórico que representaba una orquesta sinfónica.
En julio de 1994 Televisión Española retransmitía en directo desde el claustro el tradicional Sorteo del Oro de Cruz Roja. También es el marco elegido para dar lectura a los Fueros de León, dictados en 1017. Este año más de 40 personas leyeron los veinte preceptos que ayudaron a regular la convivencia hace mil años.