EL LEGADO MALTRATADO
Un León romano sin Principia ni fin
En 2006 se anunció una gran inversión para crear la Ruta Romana de León
A solo dos metros de profundidad se halla uno de los mayores tesoros de la ciudad. Iba a ser una excavación de ‘trámite’, previa al asfaltado de la plaza de San Pelayo, pero en 2018 dejaba al descubierto las termas del Praetorium , la residencia del legado —máxima autoridad del campamento romano—, donde es posible que viviera Trajano entre los años 86 y 89, cuando fue legado de la Legio VII , antes de ser proclamado emperador de Roma. Fue uno de los descubrimientos más importantes de las últimas décadas. Tras numerosas promesas del entonces alcalde Antonio Silván, los restos fueron tapados y olvidados.
Muy cerca se hallan los restos de los Principia (el cuartel general romano), unos vestigios que durante doce largos años enfrentaron en los tribunales al Ayuntamiento con los propietarios, ya fallecidos. El litigio evitó que la construcción de un edificio de viviendas destruyera o invisibilizara unos restos excepcionales en Europa. El solar de la calle San Pelayo , flanqueado por una portada perteneciente a la antigua Casa Capitular, que también ha sufrido los estragos del abandono, conserva restos del sacrarium o aedes, el lugar donde se guardaban las insignias, emblemas, distintivos de la Legio VII y el dinero para mantener el campamento.
El Ayuntamiento intentó sin éxito permutar este solar a los propietarios e, incluso, el entonces alcalde Mario Amilivia les ofreció una compensación económica, que tampoco aceptaron. La última palabra la tuvo el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, que desestimó todas las pretensiones de los propietarios de la parcela para construir 35 viviendas y dos sótanos, lo que supondría la destrucción integral de los restos romanos.
La Comisión de Patrimonio, que impidió poner una escalera para acceder a la muralla en el tramo recién rehabilitado en Era del Moro, no fue tan escrupulosa con los Principia. En 2004 prácticamente consentía la demolición de los vestigios si quedaban ‘inmortalizados’ fotográficamente. En ningún caso, exigía preservarlos, ya que la única instrucción que daba a la constructora era la de habilitar un espacio en el nuevo edificio en el que se pudieran exponer de forma permanente y con acceso público los resultados de la excavación arqueológica.
Unos restos en el limbo
Nadie sabe en qué situación se encuentran ahora los Principia, tapados desde hace años. El campamento de la Legio VII fue el que más tiempo permaneció y el último en abandonar Hispania. Por ello, tiene muchas peculiaridades que León no ha sabido aprovechar hasta la fecha. Por ejemplo, el anfiteatro localizado en la calle Cascalerías y preservado en tres criptas es el único de Hispania ‘adscrito’ a un campamento, con capacidad para 5.000 espectadores.
La aparición de las termas del Praetorium en la plaza de San Pelayo, no es casual. En el número 8 de esta misma plaza ya aparecieron restos de la mansión en la que pudo vivir Trajano antes de ser proclamado emperador. Un solar, que, como en los Principia, se iban a construir viviendas, pero que la Comisión Territorial de Patrimonio mantiene ‘paralizado’. También aparecieron en la misma finca parte del hipocausto de las termas y un complejo metalúrgico, así como restos de muros medievales que podrían corresponder al convento de San Miguel. Estos hallazgos no son visibles porque el Ayuntamiento, tras el incendio de la vieja casa que había en este solar, salvó la fachada, que lleva apuntalada desde 2004.
En la etapa de Amilivia como alcalde, cuando se inauguró la ruta del León Romano colocando un monolito en la calle Ancha, la Junta y el Ayuntamiento anunciaron un ambicioso plan para rescatar y rentabilizar restos de hace 2.000 años. Corría el año 2006 y llegaron a anunciar incluso las cantidades que invertiría cada administración: 2,7 millones la Junta; y otro millón saldría de las arcas municipales. Salvar los dos edificios más notables del campamento, el Praetorium y los Principia, daría un vuelco al León romano. Los Principia y el Praetorium, que originariamente ocuparían 11.000 metros cuadrados —el triple que el Musac— han quedado en ‘el limbo’.
Ni siquiera el Plan Director de la Muralla se ha cumplido más que en una mínima parte. El gran monumento romano de León sólo ha visto obras ‘in extremis’, aunque acaba de ser rescatado el tramo de Era del Moro. La Ruta del León romano sigue siendo, 17 años después, una ‘ilusión’.