Diario de León

Pedro Baños: "Hay que negociar. Ucrania tiene que salvar la cara y Rusia, también"

El coronel leonés y autor de 'La encrucijada mundial' cree que España debe velar por sus propios intereses en las relaciones exteriores 

El coronel leonés Pedro Baños. MARCIANO PÉREZ

El coronel leonés Pedro Baños. MARCIANO PÉREZ

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Álvaro Soto
León

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En 2005, los militares del Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden) recibieron una orden: salir a los medios y darse a conocer. Desde entonces, el coronel Pedro Baños (León, 1960) ha participado en el debate público. Formado en Turquía, China e Israel, jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo de Ejército Europeo (Eurocuerpo) y con experiencia en la misión internacional de Bosnia, este coronel ahora en la reserva es un experto en geopolítica que se ha hecho popular gracias a la televisión y que escribe libros que siempre están entre los más vendidos. El último se titula 'La encrucijada mundial' y está publicado por Ariel. Sus opiniones, en asuntos como la guerra de Ucrania, no siempre coinciden con las mayoritarias, pero Baños defiende su coherencia y su total libertad.

-¿Es partidario de negociar con Rusia, precisamente ahora que en el campo de batalla parece mostrar signos de debilidad?

-Rusia ha cometido grandes errores, el primero, la invasión, que debe ser condenada tajantemente. Pero lo que tenemos que hacer, ahora y siempre, es negociar y ser prudentes, y más con países que tienen armas nucleares, son muy belicosos y muy nacionalistas y no entendemos bien el valor que le dan a conceptos como la vida. Yo estoy convencido de que se está negociando. Ucrania tiene que salvar la cara, que puede ser ingresando en la Unión Europea o recibiendo grandes inversiones, pero Rusia también que verse como ganadora, y Crimea y el Donbás pueden ser sus líneas rojas.

-Su punto de vista contrasta con la opinión pública, claramente posicionada con Ucrania.

-Personalmente, los ataques en las redes no me afectan, y luego hay que diferenciar entre la opinión publicada y la pública. Lo que yo me encuentro en la calle no tiene que ver con lo que se dice que opina todo el mundo. Y convencernos como masa es más fácil que convencernos individualmente. Como masa, a través de una campaña de manipulación que solo nos llega de un lado, es fácil convencer.

-Pero es que Rusia lo tiene difícil para convencer de que invadir un país está bien...

-Jamás podrá. Pero tenemos que entender que no es una guerra entre Rusia y Ucrania, sino una guerra internacional. Tratar de que veamos a unos como demonios y otros como ángeles... Ucrania nunca ha sido el país idílico que nos quiere mostrar. Y lograr esa imagen se ha conseguido a través de mensajes repetidos en los medios por personas que no son expertos. Pero cuando sales a la calle el apoyo a Ucrania no es tan unánime. Ucrania es un país invadido y merece toda nuestra solidaridad, pero hemos entrado en un estallido de cansancio.

-¿No es la suya una visión demasiado pragmática?

-También están los valores.

-¿Y por qué compartimos relaciones con Arabia Saudí, con Catar, con Turquía o con Egipto?

-En el mundo, lamentablemente, el 70% de la población vive bajo regímenes autoritarios. ¿Dejamos de tener relaciones con todos ellos? ¿Con China? Yo soy una persona de origen humilde y la democracia me lo ha dado todo, pero no podemos ser hipócritas. Las democracias plenas son una veintena, y luego están las imperfectas, las híbridas y las autoritarias. El mundo es complejo. En la UE somos 500 millones de personas y en todo el mundo, 7.500 millones más que funcionan con otros sistemas. Sistemas que, en algunos casos, consideran que les van bien, y que son válidos, y creen que el nuestro no es válido.

-En su nuevo libro aboga por reconstruir las democracias. ¿Cómo?

-Primer punto, la enseñanza. Tenemos que hacer una enseñanza compatible con las salidas laborales, una enseñanza exigente, como hace China. No podemos decir que todo es fácil porque no es así. Estamos castigando a los jóvenes con alto paro y sueldos de miseria, y eso nos está ocurriendo a las democracias liberales. Y segundo, un nuevo liderazgo. Para rivalizar con los líderes autoritarios necesitamos líderes de calidad.

-¿Qué papel tiene que jugar España en el mundo del futuro?

-Todos los españoles tenemos que volver a unirnos. Debemos convertir nuestra gran diversidad, que es una suerte, en una riqueza. Pero para eso necesitamos políticos que no quieran usar esa diversidad para dividirnos, sino para unirnos. Y optimizar recursos, no puede ser que cada comunidad tenga un centro de inteligencia artificial. Cuando tienes pocos recursos, debemos optimizarlos. Tenemos que ver lo que no

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