PATRIMONIO DEVASTADO
El legado en ruinas del héroe leonés Bernardo del Carpio
La fortaleza del noble leonés en Carpio Bernardo está en la Lista Roja
Dos castillos en ruinas. Es el patrimonio que queda de uno de los grandes héroes leoneses, Bernardo del Carpio , cuyas gestas relataron Lope de Vega y Cervantes. También escribieron sobre él López de Ayala, Lope de Liaño, Álvaro Cubillo de Aragón o Francisco Núñez de Oria; y Ramón Menéndez Pidal menciona una Gesta de Bernardo, del siglo XIII.
La editorial Cátedra reedita las célebres comedias La mocedad de Bernardo del Carpio y El casamiento en la muerte , en las que Lope de Vega relata la historia del paladín leonés. Fueron dos de las obras de más éxito del escritor, por su calidad literaria y por la difusión que alcanzaron entre espectadores y lectores. Y eso a pesar de que a Lope de Vega, uno de los autores más prolíficos de la literatura universal, se le atribuyen 1.800 comedias, un repertorio que acaba de aumentar gracias a la inteligencia artificial (IA). Investigadores de las universidades de Valladolid y Viena han descubierto en el ingente fondo de manuscritos teatrales de la Biblioteca Nacional (BNE) una nueva comedia del Fénix de los ingenios, titulada La francesa Laura , escrita cinco o seis años antes de su muerte.
Cervantes también cita media docena de veces en su inmortal Don Quijote al héroe Bernardo del Carpio. Durante mucho tiempo se pensó, como en el caso del Cid, que podía ser un personaje de leyenda, hasta que las tesis de investigadores como Vicente J. González demostraron su existencia. Cosa distinta es que protagonizara todas las gestas que se le atribuyen.
Un amor imposible
Alfonso II El Casto tenía una bella hermana llamada Jimena, que se enamoró del señor del castillo de Saldaña, el conde Sancho Díaz. Fruto de aquellos amores secretos nació Bernardo del Carpio, que sería un gran héroe, al derrotar en Roncesvalles a Carlomagno.
Ordoño, un primo del rey y pretendiente de Jimena, al descubrir el amorío prohibido, se lo contó al monarca. El caballero Sancho fue apresado y trasladado al castillo de Luna, donde se cuenta que le arrancaron los ojos y murió de viejo. Jimena, como castigo, fue encerrada en un convento. Alfonso II tomó a Bernardo bajo su tutela. El niño, que se convertirá en un joven valiente y aguerrido, estaba destinado a heredar el trono, ya que El Casto no tenía descendencia.
Años después, Carlomagno entra en España apoderándose de tierras hasta el Ebro. El rey de los francos ansiaba convertir Europa en un imperio cristiano. Bernardo del Carpio reúne un ejército, según los romances, con más de 3.000 soldados —la mayoría leoneses—, para frenar las ansias expansionistas del francés. Y en Roncesvalles tuvo lugar en el año 808 la batalla, donde encontraron la muerte los mejores caballeros galos, como el célebre Roland, sobrino de Carlomagno y protagonista de numerosos libros de caballerías.
Tras el éxito de la contienda, Bernardo pidió al rey la liberación de su padre, pero el monarca no cedió. Fue entonces cuando Bernardo se retiró con sus hombres a la fortaleza del Carpio, de ahí su ‘apellido’. El caballero leonés pasó el resto de sus días en solitario retiro. De ahí que el trono lo heredara Ramiro I, primo segundo de El Casto.
Un caballero con mal fario
A Bernardo del Carpio le persigue la mala suerte incluso doce siglos después de su muerte.
El castillo del noble leonés en Carpio Bernardo, en el municipio de Villagonzalo, es ahora una pista de motocross. La fortaleza del siglo IX erigida en la localidad salmantina ha corrido la misma suerte que el castillo de los Condes de Luna, que se alza sobre el peñasco que antes del pantano daba entrada al valle (la peña de Almanzor). .
En 2018 Hispania Nostra incluyó el castillo de Carpio Bernardo en su Lista Roja. Esta fortaleza, declarada Bien de Interés Cultural (BIC), jugó un papel crucial durante las guerras entre León y Castilla, debido a su estratégica posición en la línea fronteriza entre ambos reinos. De hecho, el enclave estuvo bajo la protección leonesa y, luego, castellana.
Enrique IV donó la villa —con la fortaleza incluida— a García Álvarez de Toledo, último conde y primer duque de Alba de Tormes. En 1505 los Reyes Católicos mandan destruir el castillo para frenar el creciente poder nobiliario.
Tampoco está en mejores condiciones el castillo de Luna, donde estuvo preso el conde de Saldaña por haber deshonrado a la infanta Jimena. De este fortín, ‘empotrado’ en la presa, apenas quedan unos vestigios. Se desconoce su estructura exacta, pese al papel histórico que jugó como bastión contra las tropas de Almanzor. De nada sirvió que el castillo fuera Monumento Histórico desde 1931 para impedir que durante la construcción del pantano de Luna fuera utilizado para asentar las grúas que trasladaban los materiales a la pared de la compuerta del embalse, lo que supuso la pérdida de muchas de sus estructuras.
Héroe literario
Paradójicamente, ni siquiera figura en la Lista Roja de Hispania Nostra. A mediados del siglo pasado aún conservaba dos de sus imponentes torreones, hoy desaparecidos. En el siglo X era la fortaleza más formidable de todo el Reino de León, de ahí que fuera sede del Tesoro Real.
Bernardo del Carpio regresa ahora con la reedición de Cátedra, pero fue fuente inagotable para los cantares épicos y las novelas de caballería. Cervantes hablo de él también en La casa de los celos y selvas de Ardenia.
Al igual que las espadas del Cid tenían nombre (Colada y Tizona), la de Bernardo del Carpio se llamada Durandarte (o Durendal). Era un botín de guerra. Se la había quitado al mismísimo Roldán. El héroe leonés fue enterrado con ella en Aguilar de Campoo, aunque actualmente se conserva en la Real Armería de Madrid.