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Desplome en las Cuevas Menudas

Las lluvias y las heladas han provocado desprendimientos Permanecerán cerradas hasta que técnicos del Instituto Leonés de Cultura supervisen los daños

Los bloques que se han desprendido de la montaña y bloquean la primera de las Cuevas Menudas. DL

León

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Las Cuevas Menudas, ubicadas en Villasabariego, a escasa distancia del yacimiento de Lancia, han sufrido desprendimientos de grandes bloques de piedra. La alcaldesa de la localidad, Esther García Reguera, las ha clausurado hasta que sean revisadas por técnicos del Instituto Leonés de Cultura (ILC). Las lluvias y las enormes fluctuaciones térmicas de los últimos días han podido ser la causa del desplome de grandes bloques, que han dejado taponada la primera de las cuevas medievales.

El diputado de Cultura, Pablo López Presa, confirmó ayer que expertos del ILC visitarán hoy o mañana este enclave, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), para poder reabrirlo cuanto antes. «Verificaremos que no hay más riesgos y prestaremos todo el apoyo que precise el Ayuntamiento», aseguró López Presa. El diputado y responsable del ILC explicó que durante los trabajos de rehabilitación de estos eremitorios se hicieron drenajes en la montaña y que los actuales desprendimientos obedecen a la «erosión natural» de las cuevas .

En 2021 salieron de la Lista Roja de Hispania Nostra, en la que habían ingresado en 2014. La Diputación de León fue la tabla de salvación para la ‘tebaida’ de Lancia. Y todo gracias a un error. de la Junta de Castilla y León, que las declaró BIC en 1985, pensando que se trataba de unas cavernas del Neolítico. Aquella confusión propició que los refugios excavados en la roca en Villasabariego por eremitas medievales como lugar de retiro, oración y sacrificio no perecieran. La restauración de este refugio anacoreta se incluyó en el programa Varatiel —nombre de un pueblo desaparecido—, con el que la Diputación dio una oportunidad a monumentos que el abandono, la desidia o la falta de inversiones convirtieron en ruina. El acondicionamiento de las diecisiete cuevas que se conservan actualmente se elevó 200.000 euros, de los cuales el Ayuntamiento de Villasabariego aportó 10.000; y el resto, la Diputación.

Los trabajos, básicamente, consistieron en ‘reafirmar’ la estructura de las cavernas, para evitar su colapso, así como acondicionar los accesos, la construcción de un mirador y la colocación de paneles informativos. Las paredes de estos eremitorios aún preservan algunos grabados de carácter cristiano, sobre todo cruces, entre las que destaca un imponente huecorrelieve de 25 centímetro,s destinado a encajar en su interior una cruz portátil. Además, hay grabados epigráficos que prueban su cronología medieval, como una ‘A’ con el travesaño angular típico de los siglos V al XI. No se sabe a ciencia cierta cuántos anacoretas llegaron a vivir en Villasabariego ni el número de cuevas originales. Lo cierto es que en 1921 había 19.