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Nunca más perder la memoria

‘Nevermore’ reivindica la dignidad del pueblo con el Prestige como telón de fondo

Una de las escenas que recuerda a los voluntarios del Prestige. DL

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León

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Lugar: Auditorio de León

Hora: 20.30

Entrada: 10 euros

El telón del Auditorio Ciudad de León se abre este miércoles, 15 de febrero, para acoger el montaje Nevermore a las 20.30 horas. La obra de Chévere Producciones se incluye en la programación de la Concejalía de Acción y Promoción Cultural del Ayuntamiento de León.

El montaje, de 110 minutos de duración, persigue una intención: hacer memoria. La idea es seguir usando procedimientos documentales para crear ficciones a partir de nuestra memoria colectiva. En este caso, se dispone a comprobar si la historia del Prestige fue algo más que una catástrofe ecológica, porque a lo mejor es una metáfora y hay que entenderla como un aviso de lo que estaba por llegar.

La propuesta cultural se incluye en el abono de adultos y el precio de las entradas es de 10 euros.

Empezamos a idear este trabajo en marzo de 2020. Cuando la llegada de un virus demostró que todo puede cambiar. Que el mundo se puede parar. Entonces nos dimos cuenta de lo rápido que lo habíamos olvidado. Un año después vemos el enorme esfuerzo que se está haciendo para que todo vuelva a ser como antes. Y qué fácil es volver a convencerse. Así que decidimos contar una historia para que no olvidemos tan fácilmente que las cosas pueden ser diferentes. La llamamos Nunca más.

Nunca más es la respuesta indescifrable que el cuervo del poema de Poe da una y otra vez a las preguntas de un hombre que ha perdido lo que más amaba.

cultura del petróleo

Para nosotros es una forma de ir a la memoria colectiva de uno de esos pueblos que se pueden borrar del mapa sin que pase nada. Un pueblo que, a pesar de todo, en diciembre de 2002 hizo suyo el grito del cuervo y no se dejó convencer por las mentiras de quienes aseguraban que todo volvería a ser como antes. Contar esta historia es también un conjuro para deshacer el hechizo que sigue envolviendo la catástrofe del Prestige, convertida en una metáfora extrañamente perfecta de esa cultura del petróleo que nos impide ver qué hay más allá de la catástrofe.