Un cuentista leonés en la corte de Felipe VI
El escritor leonés recibió ayer el Nacional de las Letras de 2021
A José María Merino, el fabulador de lo insólito, le habrá resultado ‘extravagante’ recibir con dos años de retraso el Premio Nacional de las Letras. La culpa ha sido de la pandemia. Al menos, no faltó solemnidad. El galardón lo recibió de manos de los reyes, Felipe VI y Letizia, en la Sala de la Corona del edificio Pignatelli de Zaragoza, ante la atenta mirada del ministro de Cultura, Miquel Iceta, y de Javier Lambán, presidente de Aragón, comunidad que acogió el acto coincidiendo con el cuadragésimo aniversario de su estatuto de autonomía. Dora García, que se declara «leonesa de corazón», recibió, a su vez, el Premio Nacional de las Artes. Fueron 31 los galardonados; entre ellos: Alfaguara, Mejor Labor Editorial; Pilar Aymerich, de Fotografía, José Sacristán de Cinematografía; músicas actuales, para Rozalén; y el de Teatro, para Juan Diego Botto.
El día que le concedieron el premio (el 28 de octubre de 2021), Merino estaba en la Academia de la Lengua discutiendo sobre el neologismo ‘nativo’. El ministro de Cultura le llamó dos veces para comunicarle el galardón. Se trata más alta distinción institucional, tras el Cervantes, y dotado con 40.000 euros.
Acababa de cumplir 80 años y el premio le pareció «un regalo en la vida, después de tanto tiempo dedicado a escribir», aseguró entonces el autor de Musa Décima . El pasado mes de diciembre, la editorial leonesa Rimpego reeditaba las Aventuras en el cuaderno de hojas blancas , la trilogía completa que Merino publicó por primera vez entre 1996 y 1998. Y el año pasado llegó a las librerías La novela posible , en la que una bibliotecaria recupera la vida de la pintora del Renacimiento Sofonisba Anguissola, la italiana que conoció a Miguel Ángel y formó parte de la corte de Felipe II. Fue durante el encierro comenzó a escribir La novela posible , en la que da voz a una de las grandes olvidadas del Siglo de Oro, autora del retrato de Felipe II que siempre se había adjudicado a Pantoja de la Cruz.
Merino recibe el testigo de su amigo y compañero en la RAE Luis Mateo Díez, al que le concedieron el Nacional de las Letras el año del confinamiento.
Maestro del cuento
El jurado destacó de Merino «su maestría y excelencia en la creación de literatura fantástica en las modalidades narrativas de novela, novela corta, cuento y microrrelato». También «la inteligencia de sus reflexiones teóricas sobra la ficción» y porque «es todo un referente para sucesivas generaciones». Merino considera el premio un estímulo, aunque a él lo que le interesa es el libro que está escribiendo, al que dedica todo su esfuerzo. Este año tiene previsto publicar una novela —aún no tiene título— que es en realidad un tríptico, tres novelas que se van alternando. «Parece complicado, pero no lo es tanto», confiesa.
Sus registros son casi infinitos. Ha recurrido al realismo, al humor, al género policíaco, a la ciencia-ficción o a la tradición oral, así como a la mejor literatura de aventuras. Todo un compendio de habilidades narrativas que Merino despliega como nadie en sus relatos cortos. Y es que siempre le ha gustado experimentar, probar cosas nuevas, para no aburrirse, porque admite que se lo pasa bien escribiendo. Al afán de escribir cuentos lleva entregado Merino desde hace casi cuarenta años, cuando publicó Cuentos del reino del secreto . Después vendrían Las puertas de lo posible, La glorieta de los fugitivos, Cuentos de los días raros ... hasta el más reciente Noticias del Antropoceno , sobre la era en la que el hombre ha puesto en marcha el cronómetro del apocalipsis. Cuenta Merino que en los años 40 la Universidad de Chicago creó el reloj del apocalipsis. «Nos quedan dos minutos como no cambiemos», dice.
Nuevo libro
El escritor leonés tiene previsto publicar este año una novela «que es un tríptico»
Merino, que tiene una larga lista de premios, desde el Nacional de Narrativa al de la Crítica, es patrono de la Fundación Alexander Pushkin y patrono de honor de la Fundación de la Lengua Española, embajador de Hans Christian Andersen (Ministerio de Cultura de Dinamarca) y académico correspondiente de la Academia Panameña de la Lengua y de la Academia Norteamericana de la Lengua Española.
Una precursora del arte
Dora García nació en Valladolid, pero pasó su infancia y parte de su juventud en León. Esta leonesa de corazón se alzó con el Premio Nacional de Artes Plásticas por «su manera integral de concebir los espacios para crear performances, en las que resulta clave la interacción con los públicos, así como su versatilidad en la utilización de soportes y su capacidad para favorecer la reflexión ética relacionando conceptos y emociones», según el jurado. La artista leonesa vive entre Barcelona y Oslo, tras dos décadas residiendo en Bruselas, y es profesora en la Academia Nacional de las Artes en Oslo. El Musac ha mostrado en numerosas ocasiones obras de Dora García.