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Arco vende el cadáver de Picasso

Una escultura de Chillida de 3,7 millones, la pieza más cara de una feria sin apenas estridencias Ilusión es el mantra de los galeristas para espantar la atonía del mercado

La obra ‘Aquí murió Picasso’, de silicona, obra del polémico artista Eugenio Merino. CELIA SIERRA

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Miguel Lorenci | Madrid
León

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Ilusión. Es la palabra que repetían como un mantra este miércoles muchos de los galeristas participantes en la 42 edición de Arco. Todos detectan optimismo y muchas ganas de comprar, en especial de unos grandes coleccionistas internacionales —400 ha invitado la feria— a los que esperan como el maná. 

Confían más en ellos que en el átono y mercado nacional. En la oferta de Arco 2003 impera la sensatez, manda la pintura y escasean piezas escandalosas o llamativas. Pero las hay, como el ‘cadáver’ de Picasso, un ‘Guernica’ plegable convertido en caseta para refugiados, o un «neón protesta» con el lema emosido engañado. Los dos primeros días de la feria se reservan a profesionales y a esos compradores VIP llamados a obrar el milagro de los panes y los cuadros. Tendrán a su disposición obras de más de un millar de creadores repartidas en 211 galerías, un 66% foráneas. Una de sus ediciones de Arco más internacionales de su historia, sin país invitado, dedicada al Mediterráneo y confiada en un mercado que recupera vigor.

La oferta es para todos los bolsillos, desde los 300 euros por los que se puede adquirir obra gráfica de varios autores la galería de Helga de Alvear a los 3,7 tres millones de euros que la galería bilbaína Carreras Múgica pide por una escultura de Eduardo Chillida de 1998. Pesa 1.500 kilos, es de acero cortén, no tiene título y procede de una colección privada. 

Chillida, con otro acero de 2,4 millones y sol 80 kilos en Guilermo de Osma —Puerta de la Liberta’, 1983— , es una de la estrellas del feria junto a Miró. Dos millones pide la galería Mayoral por Femme et oiseau (1960). Leandro Navarrao vende por 1,6 millones otra pieza de Miró, Tete aux trois cheveux devant la lune, 1969. Cayón, con otra escultura de Miró por 850.000 euros, pide dos millones por Concetto spaziale, 1964, de Lucio Fontana.

La prudencia, los valores seguros y cierta contención se han impuesto en un certamen en el que manda la pintura, aunque hay espectaculares esculturas de Juan Muñoz y Jaume Plensa, y el vídeo y la fotografía son casi anecdóticos. También esas estridentes propuestas que cada año acaparan focos y titulares escasean.

De cuerpo presente

Lo más chocante es una pieza que ya tiene cinco años, el cadáver yacente de un Picasso, con su camiseta de marinero, pantalón beis y alpargatas sobre un catafalco y las manos entrecruzadas en el regazo. Aquí murió Picasso está en la galería ADN y es obra de Eugenio Merino, el maestro de la provocación que metió a Franco en una nevera. Oportunista, trae a su difunto Picasso de silicona en el cincuentenario de la muerte del genio malagueño. Su galería pide 45.000 euros por la segunda pieza de la serie de tres que creó en 2017. Merino junta a Picasso con Lorca y ofrece por 8.000 euros una máscara mortuoria del poeta de otra serie de tres ejemplares.

«La efeméride de Picasso sirve para recordar que su figura funciona como reclamo turístico, causando gentrificación en Málaga» explica Miguel Ángel Sánchez, galerista de ADN, «ilusionado y optimista por una gran lista de invitados». En la vecina Max Estrella Picasso es también protagonista. Otro Eugenio, Ampudia, ha fabricado una caseta creando sus paredes, techo y suelos con paneles troceados de un modelo a escala real del ‘Guernica’. La antibélica y universal tela de Picasso sirve para crear ‘Refugio’, esperanzadora caseta que cuesta 50.000 euros. «En un contexto bélico el Guernica es el símbolo antiguerra total», dice el galerista. A su lado Marco Godoy, joven artista que atesora un archivo de pancartas ha compuesto un ‘neón protesta’ usando el famoso meme emosido engañado. Otro neón recrea lemas del 15-M: Va por ti Lucho. «Trabajo con el lenguaje protesta y recojo frases reivindicativas para que no desaparezcan», dice Godoy.

Muñoz al alza

Entre los contemporáneos, el más apreciado es Juan Muñoz, fallecido en 2021. Millón y medio de euros deberá pagar quien quiera llevarse la pieza de Muñoz que ofrece Elvira González, con tres de sus hombres carcajeantes colgados en un pared en mudo diálogo. La potente galería David Zwirner ofrecía dos esculturas del recordado artista madrileño en tono a los 800.000 euros. Mas bajo cotiza Plensa con un bronce de 400.000 euros en Lelong y una madera de 325.000 en Senda.

Las vanguardias históricas vuelven a marcan la pauta y las cotizaciones más altas. Con ellas trabaja Jordi Mayoral, galerista asiduo a la feria también detecta «una enorme ilusión». Junto a la fabulosa arpillera de Miró de los dos millones, ofrece una campana de bronce de Tàpies de 1996 por 300.000 euros.