El monasterio de Gradefes ya tiene nueva cubierta
o Las obras de reparación de la cubierta del monasterio de Santa María, en el municipio leonés de Gradefes, anunciadas a finales de noviembre del año pasado, han terminado tras una inversión de 52.000 euros.
El secretario técnico territorial, Avelino Crespo, ha firmado el acta de fin de obra esta semana por lo que su ejecución se ha llevado a cabo antes de lo previsto, en menos de cinco meses.
La Junta de Castilla y León, a través del Servicio Territorial de Cultura, invirtió un total de 52.082 euros, incluyendo la ejecución de la obra y los honorarios técnicos. La intervención ha consistido en el levantamiento de las tejas y un repaso de la cubierta sin que los trabajos hayan supuesto una obra estructural.
El monasterio fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento en 1985, y su entorno de protección delimitado por Decreto 147/2001, de 17 de mayo de 2001.
El conjunto monacal está formado por un núcleo inicial correspondiente a la época de la fundación y constituido por la cabecera de la iglesia y el crucero, la sacristía, la sala capitular y el claustro reglar, una segunda fase con el coro de siglo XVII situado al noroeste del anterior, una gran ampliación del siglo XVIII con celdas en torno a un nuevo patio situado al este, y un edificio de 1975 con las nuevas celdas y situado al suroeste.
La zona más antigua y de mayor valor artístico es la cabecera de la iglesia, de estilo románico de transición, toda ella en piedra de sillería, que se singulariza por la existencia de una girola y cinco ábsides, poco frecuente en los monasterios cistercienses españoles y único caso en los femeninos, y que parece rodear un ábside preexistente. Consta de cinco tramos con arcos apuntados y peraltados y cinco ventanales de medio punto en la parte alta. La zona del crucero es del s. XIV y de factura gótica. Se vislumbra el arranque del primer tramo de la nave, o naves a juzgar por la existencia de dos pilares exentos. El templo conserva algunos sepulcros, destacando el de un matrimonio de nobles (posiblemente los fundadores) y otro que parece ocupar el vano donde pudo estar la entrada primitiva a la iglesia.
La nave que acoge el coro, de diseño clasicista, está descentrada con respecto al eje de la iglesia y consta de cinco tramos separados con arcos fajones y con lunetos. Su traza es del maestro José Álvarez de la Viña y se contrata en 1705. Está ejecutada con ladrillo y mampostería y enlucida completamente en el interior.