Que no hable el subsuelo

A la Comisión Territorial de Patrimonio los restos de los Principia (cuartel general de la Legio VII), aparecidos en un solar de la calle San Pelayo no le parecieron inicialmente dignos de conservar y permitió la construcción de un edificio de viviendas. Las protestas ciudadanas obligaron al Ayuntamiento a retirar la licencia y a abrir un largo proceso judicial contra los constructores que duró doce años. En ese tiempo, los propietarios del solar fallecieron y los restos siguen ‘abandonados’. Algo similar sucedió con los restos de Lancia que aparecieron durante las obras de construcción de la autovía León-Valladolid. El ministerio acabó tapando los restos, aunque la Junta se pronunció muy claramente y obligaba a dejar visibles. El asunto ha quedado ‘enterrado’. En León cada excavación es una ‘molestia’. Parece que nadie quiere encontrar vestigios del pasado romano y medieval. Cuando aparecen, como ocurrió recientemente durante las obras de asfaltado de la plaza de San Pelayo, cuando aparecieron las termas del Praetorium, en la vivienda que probablemente ocupó en el campamento Trajano antes de ser proclamado emperador. El Ayuntamiento y la Junta prometieron estudiar una solución para dejarlos visibles, pero al final siguen en el subsuelo.