El feísmo mal entendido
Algunos edificios como el instituto de la calle Ramón y Cajal de León fueron derribados con la excusa de un desarrollo urbanístico que —como se ha comprobado— primó la especulación sobre cualquier otro criterio. Ello explicaría la demolición de decenas de inmuebles de bella factura en la ciudad y en toda la provincia, como chalés y palacetes de incuestionable valor, que se sacrificaron para construir en su lugar rentables moles de viviendas. El siglo XX está lleno de demoliciones que se escudaron en el feísmo o la inutilidad para utilizar la piqueta sin piedad.