«La literatura infantil es la gran olvidada»

Entre que llega de un cuentacuentos en un colegio, es profesora de infantil, tiene una hija de 2 años y las prisas del día, la primera pregunta, la de cómo llega una a tener a los 36 años 20 libros para críos, la cuestión queda más que contestada. Porque Emma, S. Varela vive en su mundo pero no para perderse el resto sino para ganarlo. ¿Dónde irán los libros que se escriben para pequeños que no saben apenas leer? Muchos, los buenos, a un lugar inolvidable que habita en la memoria de sus padres. Cuando tal o cual título se convirtió en un best seller de andar por casa, esto es, lo más importante: leerle un libro a un niño. En su caso, como ese Leonino o Profe , este último con 10.000 ejemplares vendidos. Ahora, Varela regresa con su libro 20, que es un 10 en escritura, edición y presentación, editado por la prestigiosa Lata de Sal. Y que va de un asunto serio: comer. ¡Zanahorias para cenar! es el título, ya en las tiendas, y que hace que la autora leonesa encuentre fuerzas renovadas para creer en su trabajo.

«La literatura infantil es la gran olvidada de la cultura», asegura, no obstante. Eso sitúa su trabajo en el filo de la navaja de la confianza en lo que hace y tener siempre los cinco sentidos alerta: «Intento vivir pensando si todo lo que vivo se puede llevar a un cuento», explica. Y así le sale esta historia llamada a ser otro más de sus éxitos literarios.

Cómo comienza a pergeñar estas historias es otra de sus claves de trabajo. Porque desde la observación de lo real tiene que pasar a la ficción, a la imaginación: «Oh, no! ¡Otra vez no! ¡Zanahorias para cenar! Cuando mamá les dice a los siete conejitos que volverán a cenar zanahorias, los pequeños deciden rebelarse y llevar a cabo un plan para evitar tener que comer lo que más detestan: las zanahorias. ¿Lo conseguirán? Al parecer, la señora Coneja no tiene ni idea de su pequeño plan… o tal vez sí».

Puede parecer fácil todo este planteamiento, pero en realidad hay una estructura narrativa que viene en este caso acompañado por las ilustraciones de Ingrid Valls y que está disponible en castellano y catalán y con una novedad: en lenguaje de signos, a través de un youtube al que se accede en el QR que también se incluye como un auténtico bonus track con la propia voz de Emma S. Varela. Un pequeño juego página a página para los niños completa esta publicación incluida en la Colección Afortunada de Lata de Sal.

Emma S. Varela destaca el trabajo en equipo llevado a cabo junto a Ingrid Valls, y que surgió gracias a las redes sociales, que fue donde se conocieron y que por tanto no constituyen para la autora leonesa un enemigo frente al formato tradicional del libro.

Lo curioso de todo es que en estos tiempos cambiantes en los que la creación se ve esclavizada por los nuevos soportes, para Varela se trata de combinar su actividad con los lectores más pequeños, ya más habituados a tener en sus manos un móvil que un libro. De hecho, asegura la autora también de libros como Bu , El muro o Tilo en el Nilo , que el siguiente paso en su actividad literaria tiene más que ver con la incursión en la novela infantil y juvenil que ceder ante las nuevos canales de comunicación. A este ¡Zanahorias para cenar! , y a la propia autora, por tanto, le espera el tiempo de ferias de libros que ya ha comenzado. Rumbo, casi seguro, al éxito y quien sabe si a batir su récord de ventas.