El molino de los curas sale de la ruina
- El ‘Programa R’ de la Diputación ha conseguido salvar en Mansilla de las Mulas una construcción del siglo XVI que en sus últimos días funcionó como ‘fábrica de luz’ - Sin esta restauración, que permitirá consolidar su estructura y renovar la cubierta, el molino estaba condenado a perecer
Estuvo al borde del colapso. El viejo molino de Mansilla de las Mulas ha logrado esquivar la ruina inminente a la que estaba abocado. El Programa R (Recuperar-Regenerar-Reactivar) del Instituto Leonés de Cultura cubre el 70 por ciento de los 131.495 euros destinados a salvar esta construcción con cinco siglos de historia.
Los actuales trabajos de rehabilitación, según la arquitecta Sofía de Pablo Domínguez, concluirán en julio y han consistido, básicamente, en consolidar la estructura, frenar el deterioro y la reconstrucción de la cubierta. El molino, del siglo XVI y perteneciente inicialmente al Cabildo Eclesiástico, consta de tres plantas, es una construcción de excelente factura y conserva todos los ingenios del molino harinero de seis muelas. Casi con seguridad, es el más grande del río Esla y preserva aún derechos de agua, según el diputado de Cultura, Pablo López Presa.
Ya en el siglo XIX, con la desamortización pasa a manos del Estado y en 1870 lo adquiere la familia Álvarez Carballo . De hecho, era la finca favorita del ‘mecenas’ de esta saga, Octavio Álvarez Carballo (Mansilla de las Mulas, 1878-León, 1951), al que su amigo Manuel Azaña describe como «el señorito millonario, aburrido, metido a campesino».
A principios del siglo XX se le incorporan dinamos y alternadores y, posteriormente, se instalaron turbinas, convirtiéndolo definitivamente en ‘fábrica de luz’. El edificio presentaba un estado muy deteriorado, principalmente en la cubierta y en los forjados de madera.
El molino ha mantenido protegido en su interior un importante patrimonio etnográfico, con todos los instrumentos de la molienda, que forman parte de una memoria olvidada.
Construido en sillería, se trata de un imponente edificio, dentro de un enorme recinto de uso industrial y agropecuario, en cuyo centro se halla un vistoso palomar de planta circular.
En 1999 una construcción anexa al molino sufrió un aparatoso incendio. Desde que dejó de funcionar como molino y fábrica de luz no ha tenido ningún otro uso. En 2007 la formación Ciudadanos Independientes Ribera del Esla propuso crear en él un centro de interpretación de la energía hidráulica, pero el proyecto no paso de promesa electoral.
La arquitecta desvela que, de momento, no hay planes para destinar el molino de los Álvarez Carballo a un uso cultural, como han reclamado históricamente los vecinos de Mansilla.
El molino de los curas es uno de los últimos supervivientes de un patrimonio considerado, aún, ‘menor’. En poco más de un siglo León ha perdido más de 1.300 molinos. La Universidad de Valladolid, por encargo de la Junta, realizó en 2010 el inventario de bienes industriales de la provincia de León, donde están incluidos los 700 molinos que han conseguido sobrevivir, de los que solo un pequeñísimo porcentaje aún funciona. A finales del XIX y principios del XX llegaron a contabilizarse más de 2.000 de estos ingenios hidráulicos —aproximadamente el 12 por ciento de todo el país—.