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GRIETAS DELATORAS

La escalera de los Guzmanes se tambalea

Los sillares se habían desplazado y la escalinata del Palacio de los Guzmanes amenazaba con caer

Sillares movidos sobre el andamio colocado en la escalera del Palacio de los Guzmanes. FERNANDO OTERO

León

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Estaba ‘flotando’ y con riesgo de hundirse. La escalera del Palacio de los Guzmanes lleva años tambaleándose. La escalinata, de tres tramos sobre bóvedas, que arranca bajo un arco de medio punto del pasillo del claustro que la enmarca y desemboca en la galería acristalada de la planta primera, fue cediendo con los años y estaba fisurada. Aunque fue reparada en varias ocasiones, los arreglos fueron meros parches, sin atajar la patología de uno de los elementos singulares de este edificio del siglo XVI, diseñado por Rodrigo Gil de Hontañón y en el que también intervino Juan del Ribero Rada. Según el informe técnico, los daños «se fueron enmascarando visualmente, mediante la reparación de las juntas, pero no se consolidó la estructura».

El diagnóstico no deja lugar a dudas, tras detectarse un descenso de los sillares que forman la bóveda inferior de la escalera claustral. Por ello, se procedió hace unos días, de forma preventiva inmediata y urgente, a disponer de las medidas que garanticen la seguridad y estabilidad de este elemento constructivo, mediante el apeo, inmovilizado y asegurado del tramo afectado de la escalera, incluida su balaustrada, así como valorar su consolidación, explica el diputado de Cultura, Pablo López Presa.

Parches

Los daños de la escalera se fueron enmascarando visualmente con la reparación de las juntas

La restauración de la escalera, de casi tres metros de anchura, ha sido adjudicada a la empresa Decolesa por 14.300 euros. Las obras, que consistirán en retirar el mortero entre los sillares de piedra, colocar resina estructural en las juntas y ‘elevarla’ o ‘recalzarla’, estarán listas en dos meses.

La Diputación tiene actualmente cerrada esta escalera claustral, que preserva la estructura original del XVI, pese a que sufrió varias restauraciones, especialmente en los dos siglos anteriores. En 1890 se colocó la actual balaustrada, con piedra de Burgos, que también presenta grietas, como consecuencia del ‘deslizamiento’ que sufre la escalera.

Según algunos autores, el patio, alma del edificio, uno de los mejores ejemplos de arquitectura civil Renacentista de León, sería atribuible a Juan del Ribero Rada, autor de la Casa de las Carnicerías, en la plaza de San Martín. Sin embargo, otros autores ven en la escalinata del palacio el estilo de Alonso de Covarrubias.

Virtuosismo

María Dolores Campos Sánchez-Bordona, profesora de Historia del Arte en la Universidad de León, explica en un trabajo sobre el Palacio de los Guzmanes que «aunque la escalera monumental es producto de varias restauraciones y reformas del siglo XIX y XX, el trazado y la configuración tipológica corresponden al siglo XVI». Añade esta autora que la escalera, concebida dentro de los esquemas funcionales y simbólicos del Renacimiento, «denota la complejidad estructural, el virtuosismo técnico y ornamental que caracteriza este elemento arquitectónico en la Edad Moderna, período en el que deja de ser un simple nexo entre dos niveles para transformarse en un espacio representativo de la nueva mentalidad y en el complemento indispensable dentro del ceremonial aristocrático y señorial de la casa palacio renacentista».

El Palacio de los Guzmanes, que comenzó a erigirse en el año 1560 por orden de la poderosa familia leonesa de los Guzmanes, fue declarado Monumento Histórico Nacional el 16 de mayo de 1963. La Diputación lo adquirió en 1882, momento en el que se encontraba casi en ruinas. En la gran restauración del edificio llevada a cabo en 1974 la escalinata fue prácticamente lo único que no se tocó. Pese al cierre de la escalera monumental, el edificio dispone de otros accesos: uno al público desde la calle Ruiz de Salazar; y otro para los trabajadores del edificio, a través de la calle Pilotos Regueral, además de otro acceso de servicio desde la El Cid. Dispone además de un acceso adaptado desde la calle Pilotos Regueral por el garaje del edificio y mediante ascensor al resto de las plantas.