EL EDIFICIO SE TAMBALEA
La iglesia amenaza a los vecinos de Escobar de Campos
La torre se está resquebrajando desde hace años. Todo el edificio pende de un hilo.
La torre está quebrada. Si se desploma, caería como una bomba sobre la iglesia de Escobar de Campos. Los vecinos llevan años atemorizados, mirando al campanario, atravesado por una gigantesca grieta. Pese a que llevan años esperando un milagro, ninguna administración ha sacado la ‘varita mágica’. Mientras tanto, esta pequeña población de la España Vaciada, en la que apenas residen a lo largo del año una veintena de vecinos, sortea el peligro de la amenazante torre. También el coro de la parroquia de San Clemente está en situación casi ruinosa. Hace tiempo se colocó una valla protectora en el perímetro del templo, cuya única función es la de ser un recordatorio sobre el peligro que pende sobre cualquiera que se acerque a la iglesia.
Las campanas andan sueltas
La imagen del campanario es dantesca. Sobre sus grandes troneras, visiblemente deterioradas, las campanas han perdido su lugar de anclaje, lo que supone un peligro añadido. Si terminan por caer al vacío, podrían dañar seriamente a las viviendas colindantes. También el interior sufre incontables daños, como grietas y separaciones de muros en el coro y las naves laterales. La iglesia prácticamente no ha celebrado misas en los últimos años más que en muy contadas ocasiones. Pese a que la lista de patologías es extensa, la iglesia es un auténtico cofre del tesoro. Escobar de Campos quiso sumarse a la Ruta de los Retablos Renacentistas del Este de León. Y es que el artista conocido como Maestro de los Santos Juanes, activo en la diócesis de León entre 1525 y 1550 y deudor del estilo de Juan de Flandes y del Maestro de Astorga, es el autor de las seis tablas del retablo de la parroquia de San Clemente. Se trata de uno de los retablos laterales de esta iglesia. En 2020 se rehabilitó uno de los lienzos, que no pudo reincorporarse al retablo por la delicada situación de esta estructura.
En 1750, Mateo Lasso, párroco de Escobar, encarga al escultor de Sahagún Gaspar Guerra «un retablo nuevo con las tablas del viejo». Los trabajos ascendieron a 4.350 reales. Siglos después el historiador Gómez Moreno calificó la obra de Guerra de «churrigueresca». Sin embargo, afirmó que las pinturas son «interesantísimas» y «con resabios flamencos». Unas tablas donde está representada la vida del tercer papa, san Clemente. El Maestro de los Santos Juanes, como se conoce a este autor anónimo en el mundo del arte, a las influencias de Juan de Flandes y del Maestro de Astorga incorporó el estilo de Juan de Borgoña y, más tarde, el manierismo de Rafael.
En 2021 la firma madrileña Alcalá subastó un conjunto de cuatro tablas de este artista leonés por 73.000 euros. El retablo de la iglesia de El Salvador en Mayorga sería obra de este mismo autor, al que en ocasiones se ha confundido con el Maestro de Astorga. Los expertos han apuntado su filiación con la pintura renacentista leonesa, en concreto con el círculo de Francisco de Carrancejas (colaborador asiduo de la Catedral de León desde 1556, donde se le nombró maestro pintor) y con Cristóbal de Colmenares (autor de los retablos de Joara y La Antigua).
Los retablos y el espléndido artesonado de la iglesia de San Clemente podrían perderse si la torre termina arruinando el templo.