Diario de León

León es romano solo en apariencia

La procesión va por fuera. La ciudad no olvida celebrar el Natalicio del Águila, la creación de la Legio VII que dio origen a León, mientras los restos romanos acumulan maleza en solares abandonados.

León

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Puro teatro. La plaza de San Isidoro retrocedió este domigo hasta el siglo I para escenificar la fundación de la Legio VII Gemina , única legión acantonada en la Península hasta la caída del Imperio Romano, lo que convirtió a León en capital militar de Hispania. Los legionarios desfilaron por el jardín del Cid, la calle  Ancha (la primitiva Vía Principalis) y la plaza de Regla, que en su día albergó unas gigantescas termas sobre las que se alza ahora la Catedral. Los baños fueron construidos entre finales del siglo  I y comienzos del siguiente, y estuvieron en uso hasta muy avanzado el siglo IV.

 La cohorte marchó a paso ligero a escasos metros de las construcciones más importantes del campamento: los cuarteles generales o Principia y la residencia del comandante de la legión o Praetorium, donde posiblemente se alojó Trajano antes de ser emperador. Los restos de ambas edificaciones aguardan abandonados desde hace décadas en dos solares. Preservan vestigios únicos que ningún alcalde ni la Junta, hasta ahora, han tenido  interés en rescatar.

Durante doce años los Principia enfrentaron en los tribunales al Ayuntamiento con los propietarios, ya fallecidos. El litigio evitó que la construcción de un edificio de viviendas destruyera o invisibilizara unos restos excepcionales en Europa. El solar de la calle San Pelayo, flanqueado por una portada perteneciente a la antigua Casa Capitular, que también ha sufrido los estragos del abandono, conserva restos del sacrarium o aedes, el lugar donde se guardaban las insignias, emblemas, estandartes y distintivos de la Legio VII, así como el dinero para mantener el campamento. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León desestimó todas las pretensiones de los propietarios de la parcela para construir 35 viviendas y dos sótanos, lo que supondría la destrucción integral de los restos romanos. Nadie sabe en qué situación se encuentran ahora los Principia, tapados y cubiertos de maleza.

Restos del Praetorium, en la plaza y en el solar del fondo. RAMIRO

Restos del Praetorium, en la plaza y en el solar del fondo. RAMIRO

Foto de archivo del solar donde están los Principia. JESÚS F. SALVADORES

Foto de archivo del solar donde están los Principia. JESÚS F. SALVADORES

Los vestigios de la Legio VI se perdieron en gran parte por la ocupación de la Legio VII Gemina. La ambiciosa ruta por el León Romano que se proyectó hace casi dos décadas, nunca se llevó a cabo por falta de inversiones, así que el itinerario ha quedado reducido a visitar la muralla, el Centro de Interpretación Romano, ubicado en la Casona de Puerta Castillo —en cuyo solar trasero hay restos de los contubernia (barracones que alojaban a 68 soldados)—.

También la ruta incluye los restos de las termas y la Puerta Principalis, que pueden verse en la cripta de Puerta Obispo, así como los tramos del anfiteatro conservados en tres criptas de la calle Cascalerías. En la escalinata de San Isidoro quedan muestras  de las murallas anteriores a la actual, que mantiene 36 cubos, la mitad de los que tuvo originalmente, además de  tres de las ocho torres que flanqueaban sus puertas; de ellas, se mantienen en pie la de los Ponce —que guarda en su interior el Archivo Histórico Diocesano de León—, Puerta Castillo y la de San Isidoro o Torre del Gallo.

Desfiles
León recuerda el Natalicio del Águila y que un día fue romana, pero no rescata los restos más valiosos

Aparte de los restos de la Porta Principalis Sinistra y la Puerta Documana (Puerta Castillo), el catedrático de Arqueología y experto en León Romano Ángel Morillo reconstruyó y localizó la mayor puerta del campamento romano en dos locales en Cardiles-Platerías. Se trata de la Porta Praetoria, llamada Puerta del Rey en la Edad Media, que medía entre diez y doce metros de alto y veinte metros de anchura —colosal teniendo en cuenta que la fachada de Botines no llega a 28 metros—.

Existe un Plan Director del León Romano, redactado por el arquitecto Melquíades Ranilla, autor igualmente del Plan Director de la Muralla. Ambos han sido papel mojado, como prueban las recientes obras de ‘reconstrucción’ de los cubos en la calle Carreras, que no han seguido las directrices marcadas por dicho plan. Rescatar el legado romano ha sido una misión secundaria para los sucesivos alcaldes, que prácticamente no han destinado inversiones a este capítulo. Los restos que han aparecido, por las preceptivas excavaciones que exige la ley en el casco histórico, —alrededor de 300 en los últimos 30 años— han sido, como en el caso de los Principia y el Praetorium, casi una ‘molestia’. Eso sí, cada 10 de junio León recordará que un día fue romana.

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