De la morgue al trono del crimen
Alaina Urquhart pasó de las autopsias a un pódcast con 29 millones de descargas
Es la voz y el alma de uno de los pódcast criminales más visitados del mundo, con 29 millones de descargas en un solo mes. Sin dejar de practicar autopsias, la auxiliar forense Alaina Urquhart (Boston, 1985) asaltó la cima del true crime y ahora salta a la novela con El carnicero y el pájaro (Planeta). Es una escalofriante ficción basada en casos reales sobre un escurridizo asesino en serie. Surgida de una pesadilla, va camino de reeditar el éxito del pódcast. Se publica a la vez en veinte países tras vender más de cien mil copias la semana de su lanzamiento en Estados Unidos.
Urquhart trabajó en la morgue de un gran hospital de Boston. Es cofundadora y copresentadora de Morbid , el exitoso pódcast criminal, y ha entrado en la literatura negra gracias a un mal sueño. «Embarazada de mis gemelos, hace siete años, tuve pesadillas muy bestias. Soñé que corría por un pantano con música atronadora y que alguien me perseguía. Me desperté sudorosa y con el corazón a mil. Escribí lo poco que recordaba y me pregunté quién era el perseguidor y qué estaba pasando. Supe que tenía una novela», explica por videoconferencia desde Boston.
Monstruo atractivo
«Contiene todo lo que a mí measusta», acota. «Un ser humano horripilante, repugnante y capaz de cometer crímenes terribles. Un monstruo con una cara agradable y que no genera rechazo hasta que descubres quién es», dice de Jeremy Rose, el despiadado ‘carnicero del pantano’ al que quiere desenmascarar Wren Muller, la empática patóloga forense de Nueva Orleans «que trata de honrar a sus víctimas, que pasan por su mesa de autopsias».
La fascinación de Urquhart por los asesinatos nació en la sala de autopsias. «Primero me interesó la anatomía, y luego descubrir las causas de la muerte», confiesa. «Determinar cómo y por qué terminó la vida de una persona es fascinante y una manera de salvar vidas. Una autopsia descubre cómo murió alguien, pero también cómo vivió», sostiene risueña la escritora. «El trabajo de un forense es hablar con quienes ya no puede hablar. Es una gran responsabilidad y exige mucho respeto», dice Urquhart, que en el primer capítulo de su novela escribe: «Cuando quieras saber cómo funciona algo, destrípalo».
«Nos centramos siempre en la víctima, nunca en el mal», indica sobre los casos que lleva el exitoso pódcast, que suma casi quinientos episodios.