El arquitecto que impulsó el León moderno y funcional

Lo de Miguel Martín-Granizo Casado, doctor-arquitecto fallecido ayer a los 94 años, era el elogio, casi como una creencia a añadir a sus convicciones religiosas, que las tenía, a la ciudad como lugar para vivir, aprender, desenvolverse y crecer desde la modernidad y la funcionalidad. Su huella de arquitecto es de las que crean la imagen urbana, por fuera, y por dentro toda un suerte de factorías de futuro, de formación humanística y cultural. Hizo mucho más, de hecho su carrera profesional tiene su origen en sus estudios en Madrid en la escuela de Arquitectura allá por los años 40, pero parte de su trabajo se desarrolló por esos derroteros.

Porque siempre será bajo su firma el lugar donde generaciones de leoneses se formaron en los institutos Padre Isla o Juan del Enzina, por poner dos ejemplos imbatibles. O el Edificio Fierro, del Instituto Leonés de Cultura, donde si en los dos primeros edificios la enseñanza fue la función, en este se da la culminación de una de las características de Martín-Granizo como creador implicado en lo cultural de León.

También proyectó la Residencia de las Dominicas y en sus trabajos hay arquitectura funcional, de potencia visual y de personalidad como imagen casi de marca. Siete hijos, quince nietos, corroboran esa filosofía de vida en donde la huella perdurable está garantizada. Junto a la trayectoria familiar, destacar que Belén Martín-Granizo, arquitecta también, ejerció como concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de León. Así como su pasión por la Semana Santa, compartida, entre muchos, con otro de sus hijos, Rafael Martín-Granizo, cirujano maxilofacial, en donde queda también para la historia las imágenes reconocibles de León como ejemplo de alguien que fue testigo de su tiempo. Hoy, miércoles, a las 13.30 horas se celebrará la misa de funeral en San Marcelo. Su familia, su mujer, Cruz López García; y sus hijos Rafael, Miguel, Belén, Luis e Ignacio, con el recuerdo siempre presente de Cruz y José, dirán el último adiós a Miguel Martín-Granizo Casado, a quien ya ayer amigos, compañeros de profesión y de las cofradías leonesas comenzaban a recordar con máximo cariño.