Iain MacGregor desmiente que la derrota alemana en Stalingrado se debiera al frío
El historiador británico Iain MacGregor recoge en su libro El faro de Stalingrado (Ático de los Libros) testimonios inéditos sobre la batalla más sangrienta de la II Guerra Mundial, entre agosto de 1942 y febrero de 1943, que desmienten que la derrota alemana se debiera al «general invierno».
En una entrevista con Efe, MacGregor ha explicado que en Stalingrado «fue la primera vez que un ejército alemán era derrotado por uno soviético y no por el tiempo meteorológico, sino por los tanques, y el resultado fue una derrota militar sin paliativos para los alemanes, pero también desde el punto de vista psicológico».
MacGregor cree que tuvo más peso la ayuda de Estados Unidos que el propio invierno: «Era algo que a Stalin no le gustaba admitir, pero el Ejército Rojo por primera vez estaba motorizado y fue gracias a los préstamos y arriendos de Estados Unidos, que suministraron, por ejemplo, cientos de miles de camiones».
25 millones de balas
En opinión del autor, hay que tener en cuenta que los alemanes en los dos primeros meses de la batalla emplearon cantidades enormes de munición, cuando pretendían capturar rápidamente Stalingrado: «En esos primeros momentos, los alemanes dispararon 25 millones de balas y a lo largo de toda la batalla hasta 2,9 millones de proyectiles, con lo que al final se quedaron sin munición».
Y añade: «El número de bajas y el hecho de que se quedaran sin provisiones fueron determinantes en la derrota», y a esto se suma que «las tropas alemanas de mayor calidad estaban luchando en el centro de la ciudad y los flancos estaban guarnecidos por tropas más débiles, nutridas con reemplazos que se cubrieron con tropas del Eje, italianas, húngaras y rumanas, básicamente».
«El contraataque soviético en noviembre tuvo éxito, en parte por esta debilidad del flanco pero también pienso que quien hubiera estado en el flanco hubiera sido igualmente rodeado y aniquilado porque simplemente los soviéticos tenían muchos tanques», expone el historiador.