Diario de León

Reivindicación definitiva del olvidado Félix Gordón Ordás

Detalle del Paraninfo Félix Gordón Ordás de la ULE. DL

Detalle del Paraninfo Félix Gordón Ordás de la ULE. DL

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León

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El Servicio de Publicaciones de la Universidad de León (ULE) ha editado un libro titulado Don Félix Gordón Ordás, (el gran olvidado) , que fue escrito por Javier Villamor (1925-1986) entre finales de los años 70 y principios de los 80, y que se ha querido rescatar cuando estaba «dormido en los cajones del tiempo» para que sea testimonio de la admiración por la figura del veterinario y político nacido en León.

En el prólogo del libro, escrito por Eduardo, hijo de Javier Villamor, se puede leer su agradecimiento «a la Universidad de León y, especialmente, a su Facultad de Veterinaria», por la posibilidad que le han brindado de esbozar unos apuntes sobre su padre, el autor de la obra. Entre los detalles curiosos que aporta el hijo destaca el hecho de que Javier Villamor «compuso un libro contra los toros, de tal calidad y escondida afición, que fue premiado por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, titular y regidora del coso del baratillo».

Para escribir la obra dedicada a Gordón Ordás, «un alma pareja, afín a la suya en muchos sentidos», viajó a México a conocer allegados y familiares de Don Félix, y «se carteó con infinidad de exiliados, a los que siempre otorgó la consideración de héroes, con su halo romántico de perdedores y luchadores por la libertad».

Desde el Servicio de Publicaciones de la ULE se comenta que estas páginas suponen «un doble ejercicio de memoria que lucha contra el olvido y los estragos del tiempo», para honrar a una persona a la que la propia institución académica homenajeó dando su nombre a un paraninfo situado en el Edificio El Albéitar, que está decorado con un mural en el que se puede apreciar la figura del que fuera presidente en el exilio de la II República Española.

En la introducción del libro, Javier Villamor dice que «el pensamiento de Don Félix sigue siendo pasado, presente y porvenir; el ideal de Don Félix es el de ayer, pero también lo es de hoy y del mañana, porque su discernimiento es un guion de esperanza para todos». Más adelante apunta que Gordón Ordás murió «soñando con su León y solo tuvo el consuelo, por él previsto, de que sobre su tumba cayesen unas paletadas de tierra española que tenía guardada como el más preciado tesoro».

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