El principio de todo de David Loss

14 años de un leonés en Nueva York son tantos que para ubicar el desarraigo o el desapego emocional puede que haya que buscar en ningún lugar en cualquier parte. O en todas. Un buen sitio: en las canciones de David Loss, que a medio camino entre EE UU y España su vida pertenece a ambos países aunque con León como punto de arranque de todo. Tal vez, por eso mantiene un puente aéreo creativo con esta ciudad en la que nació y creció, conectado con la que ahora es su vida, incluida su pareja y dos criaturas de 4 años, y en donde escribe, fotografía, edita, publica y demás. Tiene nuevo disco y una peculiaridad: canciones en español de alguien que casi siempre ha cantado en inglés. El fin de algo es el título y está producido por Kike Cardiaco y un misterioso colectivo anónimo que se hace llamar La banda íntima de Martin Frost, que, en ambos casos, acentúa esa intencionada costumbre de no perder el hilo leonés. Arsel Randez y Miryam Gutiérrez también están en el ajo y, de hecho, hoy, en la jornada final del Come y Calle, David Loss será el encargado del concierto final a partir de las 21.00 horas con la colaboración de ambos músicos.

David Loss define El fin de algo como el resultado de «canciones escritas durante años en las que he intentado encontrar mi voz en español», afirma. Y en esa búsqueda puede decirse que se aproxima a cierta tradición reciente de cantautor rock que cuenta con gran aceptación en la escena actual. En cuanto a lo que cuentan estas canciones es ahí donde, según explica, surge ese desarraigo o desapego emocional que puede que se alivie bastante en cuanto toma contacto con su familia o en un paseo con amigos por el Barrio Húmedo. «Es raro volver, pero León es la ciudad donde nací y crecí y está mi familia», señala.

La versión oficial dice que David Loss es un músico y escritor leonés residente en Nueva York. Exploró paisajes sonoros electrónicos en el sello barcelonés de música experimental Oozebap para, a continuación, dar un giro radical hacia la tradición del country-blues y de los sonidos acústicos más disolutos extraídos de los rincones ocultos de Rotterdam, Londres y Nueva York. De esas experiencias surgieron álbumes como Empty Shell o Highway Rivers y su resolución final plasmada en Primer . Después de algunos años dedicado de lleno a la escritura, El fin de algo representa su regreso a la música con un puñado de canciones interpretadas en español. Se trata de un proyecto gestado a fuego lento, a caballo entre León y Nueva York, que incluye diez temas cargados de una honda y reconcentrada poesía. En ellos habla de la pérdida, la fragilidad, los miedos, el paso del tiempo, la eternidad, las inhibiciones o prejuicios que, en ocasiones, envuelven el arte o la perplejidad ante el mundo que nos circunda, como en ese himno al nihilismo que es Nada , la composición que abre el conjunto. El sonido directo y espontáneo de La banda íntima de Martin Frost, que acompaña a David Loss en esta nueva experiencia, surge como homenaje a la novela El libro de las ilusiones , de Paul Auster. Detrás de este trabajo subyace la idea de concebir las diferentes vertientes del pop, o el pop mismo, como un género de ficción donde lo más auténtico, lo único auténtico, es David, sus canciones y Nueva York.