El Nobel Coetze confiesa: «Cervantes es el escritor que más venero»
El escritor sudafricano John Maxwell Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940) anda algo reñido con el inglés. Al novelista, nacionalizado australiano, le desagrada que su lengua se haya apoderado del mundo. No en balde, desde 2018 el autor publica antes sus obras en la traducción española que en su lengua materna. El Premio Nobel de Literatura de 2003 desconfía de un idioma que transmite una visión del mundo que no comparte y que incluso a veces le parece aborrecible. Quizá por eso, al depositar ayer su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, eligió el castellano. Por eso y porque considera al autor de El Quijote el «padre y madre de todos los novelistas». «Es el escritor que más venero», dijo el prosista.
Coetzee se convirtió en el primer ganador del premio que concede la Academia Sueca que deja una muestra de su labor en la Caja de las Letras. El escritor se encuentra en Madrid, donde pasa una estancia de tres semanas invitado por el Museo del Prado, el que es su centro de trabajo y deleite hasta mediados de este mes. Después de esos días visitando las salas del Prado escribirá un texto vinculado al museo, el primero de una colección que se orientará a la indagación de los lazos expresivos entre la ficción y las artes plásticas. En estos primeros días ha mantenido un coloquio con su traductora en español, la filósofa y escritora, Mariana Dimópulos. Precisamente, Coetzee depositó el manuscrito de este diálogo en la caja 915 de la cámara acorazada del Instituto Cervantes.
«No me imaginé que terminaría mi visita en la cámara acorazada de un banco, rodeado de los recuerdos de grandes escritores de la tradición española. Está claro para todos ustedes y también para mí que mi presencia aquí es un accidente», aseguró el novelista. Pese que a Coetzee no pertenece a la tradición literaria española, «salvo en un sentido espiritual», agradeció a la dirección de la institución dirigida por Luis García Montero el gesto de «guardar generosamente un recuerdo» de su quehacer.
Es cierto que la escritura de Coetzee no pertenece al imaginario hispánico. Sin embargo, mantiene un idilio con el español y Latinoamérica. El polaco ’, su última obra de ficción, ha aparecido en Argentina y Australia antes que en Gran Bretaña o Estados Unidos.