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León en la Memoria del Mundo

En el ‘exilio’. El patrimonio documental leonés digno de ser conservado, según la Unesco, está fuera de León. Los Decreta, tres beatos y la obra de Fray Bernardino de Sahagún están repartidos por el mundo.

Gigantesca reproducción del Beato de Escalada que se colocó frente al monasterio en el año 2012. NORBERTO

León

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El año que España vivía la euforia de acoger unos Juegos Olímpicos en Barcelona, la Unesco creaba el registro Memoria del Mundo. En estos 31 años, el patrimonio documental protegido se eleva a 494 inscritos; de ellos, catorce españoles, incluidos tres leoneses: los Decreta de la curia regia de León (1188), que demuestran que esta ciudad fue la cuna del parlamentarismo; la obra de Fray Bernardino de Sahagún; y los comentarios al libro del Apocalipsis (los beatos), muchos de ellos salidos de monasterios leoneses.

Por desgracia, la mayoría de estos documentos dignos de ser conservados, según el criterio de la Unesco, están fuera de León. Los cinco ‘Decreta’ que acreditan que en San Isidoro se celebraron las primeras Cortes del mundo, germen del sistema parlamentario, están desperdigados entre Madrid, Orense y Sevilla. En 2013 fueron declarados Memoria del Mundo por la Unesco.

Texto de uno de los decreta. NORBERTO

El corpus documental de los Decreta de León de 1188 «reflejan un modelo de gobierno y de administración original en el marco de las instituciones españolas medievales, en las que la plebe participa por primera vez, tomando decisiones del más alto nivel, junto con el rey, la iglesia y la nobleza, a través de representantes elegidos de pueblos y ciudades», tal y como consta en los archivos del organismo de la ONU dedicado a promover la cultura. En 2015 los once beatos existente pasaban a ser Memoria del Mundo. Son códices que contienen comentarios sobre el Apocalipsis de San Juan y están espléndidamente iluminados. Los tres leoneses están también en el ‘exilio’. El Beato de Escalada se halla en la Pierpont Morgan Library de Nueva York; el Beato de Fernando I y Sancha, arrebatado a San Isidoro, está depositado en la Biblioteca Nacional; el de Sahagún, en la Real Cancillería de Valladolid; y el de Tábara —en el Archivo Nacional—, lo vendió a principios de siglo el leonés Ramón Álvarez de la Braña, escrito en la Edad Media por el monje leonés Emeterio.

El Beato de Fernando I y Sancha es uno de los códices más enigmáticos. El escritor Umberto Eco, autor de El nombre de la rosa , dijo de este manuscrito leonés: «Sus fastuosas imágenes han dado lugar al mayor acontecimiento iconográfico de la historia de la humanidad». Pertenecía a San Isidoro, hasta que Felipe V lo requisó y envió a la Biblioteca Real y, finalmente, pasó a formar parte de los fondos de la Biblioteca Nacional. Esconde mensajes secretos en sus páginas. Es conocido también como el Beato de Facundo, por el monje que lo escribió.

El Beato de Escalada o Beato Magio o Magius, que toma el nombre del monje que lo escribió, salió del scriptorium del monasterio de San Miguel de Escalada en el siglo X. Está decorado con 89 miniaturas. El arzobispo de Valencia, Martín Pérez de Ayala, a su muerte en 1566, legó el Beato de Escalada a la orden militar de Santiago, en su residencia de Uclés. Allí continuó hasta la desamortización de Mendizábal. En 1840 el comerciante Roberto Frasineli lo cambia por un reloj de plata. En 1847, lo vende Francique Michel por 1.040 francos. Lo compra el coleccionista Guillermo Libri y lo vende en 1852 al conde de Ashburnham. En 1897 lo adquirió el coleccionista Henry Yates Thompson. En 1919 es adquirido por la Morgan Library de Nueva York.

El padre de la antropología

También en 2015 la Unesco incluía en la Memoria del Mundo la monumental obra del misionero, filólogo, investigador y compilador Fray Bernardino de Sahagún (1499-1590), natural de la villa del Cea y considerado el primer padre de la antropología americana.

Su principal título, Historia general de las cosas de la Nueva España, una detalladísima descripción del México inmediatamente posterior a la conquista, está formado por doce volúmenes y es un trabajo que apenas admite comparación en lengua alguna. Los manuscritos del que está considerado como padre de la etnología en el Nuevo Mundo están desperdigados en México e Italia, así como en la Real Biblioteca de Madrid y la Real Academia de la Historia. Pero ninguno en León.

Imagen de uno de los escritos de Fray Bernardino de Sahagún. NORBERTO

Fray Bernardino de Sahagún estudió Humanidades en la Universidad de Salamanca y en 1529 viajó a México con la expedición de los franciscanos encabezada por Antonio Rodrigo. Entre 1533 y 1536 residió en los conventos de Tlalmanalco y Tlaltelolco; allí fue donde ocupó la cátedra de Latín en el Colegio de la Santa Cruz hasta 1540. A partir de 1547 se dedicó en cuerpo y alma al estudio e investigación de las lenguas indígenas.