Vuelve el Festival Luna de Cortos
La cita celebra su décimo aniversario con la proyección de 75 proyectos y la participación de la cantante leonesa Nerea Fernández, con Italia como país invitado
El Festival Luna de Cortos celebra su décima edición con el deporte como foco central en Riego de la Vega. Tendrá lugar del 5 al 12 de agosto y su cartel está protagonizado por la exgimnasta olímpica leonesa Carolina Rodríguez, galardonada este año con el Premio Castilla y León del Deporte.
El director de Luna de Cortos, Bal Ferrero, el diputado de Cultura, Arte y Patrimonio de la Diputación de León en funciones, Pablo López Presa, y la cantante leonesa Nerea Fernández presentaron ayer el festival, que constará de 75 proyecciones con dos aspirantes en la sección a concurso: los documentales ‘Campos’, de los leoneses David Casado y Óscar Falagán sobre fútbol y despoblación; y ‘Boxing for Freedom’, de Juan Antonio Moreno y Silvia Venegas, sobre la boxeadora de Afganistán Sadaf Rahimi.
Asimismo, el festival, que tendrá a Italia como país invitado, ha concedido su Premio al Cine Internacional al director de la célebre película ‘Cinema Paradiso’, Giuseppe Tornatore, sin todavía conocerse si podrá acudir a la gala de clausura, cuya presentadora será la actriz, productora y guionista María Giménez de Cala y en la que actuará la cantante Nerea Fernández.
Cerca de 720 películas se han presentado a un festival con siete categorías que se completa con actividades paralelas como una exposición de carteles de cine clásico y otra de proyectores del cinematógrafo con material del coleccionista Miguel Pérez ‘Trébol’.
También tendrá lugar una restrospectiva de la cineasta catalana Mireia Ros, directora de los largometrajes ‘La Moños’, ‘El triunfo’, ‘El telefilm’, ‘El zoo d’en Pitus’ y el documental ‘Barcelona, antes de que el tiempo lo borre’, que obtuvo el premio Gaudí 2012.
El festival nace con una misión muy concreta: pretende estimular la atención del público hacia un espacio representativo abierto y amplio, como es el entorno rural, hace de sus proyecciones al aire libre, abiertas para todos, el mejor exponente.
Jóvenes y adultos, generaciones separadas por años y vivencias, se reúnen en torno a una pantalla, que es el foco de la luz de un pasado y de un futuro: la cultura es atemporal, la cultura une, y el lenguaje cinematográfico será el nexo común que temple emociones y sentimientos, que atesore recuerdos, que provoque animadas tertulias.