El pueblo que esculpió al artista leonés creador de la mano de veterinaria
-José Antolín Chamorro nació en 1962 en León, concretamente en un pueblo llamado Benamariel. A pesar de ser autodidacta y haber empezado tarde con su pasión por la escultura, su talento es hoy reconocido
José Antolín Chamorro es un artista leonés nacido en Benamariel, especializado en esculturas de bronce . No fue hasta los treinta años cuando comenzó su carrera artística y de forma autodidacta.
La madera fue un elemento primordial en sus primeras obras ya que era un material que nunca le iba a faltar. «He hecho de todo, a medida que evolucionas también conoces gente y técnicas nuevas», explica José Antolín.
En una vocación en la que es importante renovarse y probar cosas nuevas, el escultor leonés trabaja con diversos materiales y acaba de completar un curso de talla de piedra.
A la pregunta del motivo por su tardío comienzo el creador responde que «ser un niño con inquietudes artísticas en un pueblo pequeño no es fácil. No se contemplaba otra cosa que trabajar en el campo y era impensable estudiar Bellas Artes». Fue necesario que José Antolín fuese independiente, sobre todo económicamente, para poder formarse por su cuenta.
La vida en el campo complicó su pasión con la escultura pero también le proporcionó tenacidad, madurez y sentido de la obligación. «Hay partes positivas y negativas de haberse criado en un pueblo pero el hombre acaba haciendo lo que le inquieta», afirma Antolín.
Con los años el leonés demostró su talento y se creó un nombre. Ha participado en varias exposiciones en distintas galerías y lleva a su espalda diversos galardones y premios. Próximamente llevará dos de sus obras a una exposición en Palencia.
Vida en el campo
Benamariel es su principal fuente de inspiración y su vida allí le enseñó madurez y tenacidad
En 1995 se formó la Cofradía del Cristo del Gran Poder y se inauguró con una escultura suya del Cristo. «Cuando la cofradía creció y hubo más dinero adquirieron nuevos pasos y el mío dejó de sacarse. Hoy poca gente conoce de su existencia, y de la mía mucho menos», expone el escultor.
En Benamariel tiene su taller y algunas de sus obras. «Soy muy de mi pueblo y aquí todos están muy orgullosos de mi trabajo», afirma. El pueblo es fuente principal de su inspiración.
José Antolín Chamorro colocó su última obra en el parque del Cid. Una escultura encargada por el Colegio de Veterinarios de León. Tras varios bocetos e ideas expuestas se llegó a un acuerdo y se eligió la localización.
Es una mano , concretamente la suya en una escala 12 veces mayor y pesa 850 kilos. José Antolín resalta la importancia del número 12 en esta escultura por su simbología e historia. Representa desde la perfección, a los ciclos y estaciones. Este número tiene una amplia simbología relacionada con la plenitud, ciclos, religión, tiempo y representación simbólica en diversas culturas y tradiciones en todo el mundo.
El escultor ha creado una impresionante obra en bronce que simboliza el lema de los veterinarios: «Una sola salud: ambiental, animal y humana». La escultura muestra una mano sosteniendo una moneda con el escudo de la veterinaria en el anverso y una pequeña hormiga descansando en uno de sus dedos.
Una mano de 850 kilos
Es la propia mano del artista a una escala de doce la que decora el parque del Cid
La pieza artística ha sido esculpida con maestría, capturando cada detalle y expresión con precisión. El leonés, orgulloso de su trabajo, ha recibido numerosas felicitaciones y reconocimientos. Su obra ha dejado una huella positiva en quienes la han contemplado, transmitiendo el mensaje poderoso de la importancia de la conexión entre la salud del medio ambiente, los animales y los seres humanos. Es un recordatorio tangible de la interdependencia de todos los aspectos de la salud.
Asegura que es una de sus obras más significativas porque además de firmar con su nombre ha firmado con el nombre del pueblo que le dio a luz. «Puede que mi nombre se olvide, y mi recuerdo sea efímero, pero siempre habrá alguien de Benamariel que vea esa estatua. Todos los habitantes de mi pueblo están firmados en esta obra».
Esta obra le representa a él como artista y a todos los paisanos de un pueblo de la España vaciada.
José Antolín recalca la importancia de preservar y promocionar a los artistas locales y fomentar su obra. Hay varias razones por lo que esto es beneficioso para una región: impulso de la cultura, mayor estimulación económica, mejor desarrollo de las actividades y la creatividad y una mejora en el entorno urbano.
El fomento del arte local es una inversión en la riqueza cultural, social y económica de una comunidad. Al apoyar a los artistas locales y promover su trabajo, se crea un ambiente propicio para la creatividad, la identidad cultural y el enriquecimiento de la sociedad en su conjunto.
José Antolín es un ejemplo de un vecino orgulloso de su pueblo, una gran parte de su vida. Unas raíces que inspiran su trabajo y su obra y que deja marcadas en la cuidad de León.