El Thyssen saca sus obras esotéricas
Hay un Thyssen oculto. Hace algo más de un año, el historiador del arte Guillermo Solana decidió adentrarse en él. Exploró con otros ojos los fondos del centro y encontró guiños astrológicos, espiritistas, alquímicos, teosóficos, parapsicológicos. Mensajes que han estado siempre ahí, pero han pasado desapercibidos para la mayoría. El resultado de esa búsqueda puede disfrutarse hasta el 24 de septiembre en una muestra que abarca desde el Renacimiento hasta el siglo XX. «Son 59 obras, pero podía haber llegado al centenar. Cuando me puse a buscar, encontré muchas más referencias de las que me había imaginado», explica el director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y comisario de la exposición. Lo oculto en las colecciones del Thyssen-Bornemisza es una muestra poco habitual. La historia de las prácticas y creencias paranormales discurre paralela a la de la religión convencional y a veces confluye con ella, pero hasta hace poco ha sido ignorada por los expertos. «Lo oculto recorre toda la historia del arte, todos los géneros. Sin embargo, hasta los años 80 la relación entre el arte y lo oculto fue considerada desde la historiografía académica como un tema incómodo, cuando no sospechoso». Se podía ser experto en pintura religiosa sin que se diera por supuesto que se profesaban esas creencias.