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Un bar salva los azulejos de Zuloaga de la Catedral de León

El viaje de vuelta. Los azulejos que Zuloaga realizó para la pescadería Mardomingo han sido recolocados un siglo después en un local que reabrirá como bar en el corazón del Barrio Húmedo.

León

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Zuloaga pintó 963 azulejos para decorar en 1910 la pescadería Mardomingo, situada en la calle Cardiles, esquina con La Paloma. Uno de los murales, de tres metros de ancho por dos de alto, decorado con la imagen de la Catedral de León, se desmontó tras el cierre de la pescadería y se trasladó al domicilio particular de un arquitecto en Asturias. La pista de esta obra se perdió hasta que se puso a la venta hace seis años en la web de subastas todocoleccion.es. En 2017 tenía un precio de 75.000 euros; y dos años después, de 40.000. Ahora, acaban de colocar el mural en el local del antiguo restaurante Casa Lorenzo, en Mariano Domínguez Berrueta, a muy pocos metros de la Catedral y del esquinazo donde estuvo el siglo pasado la pescadería Mardomingo. 

El ‘rescatador’

El dueño del establecimiento, que piensa ponerlo en alquiler, prefiere guardar el anonimato. Es un personaje relevante en el mundo científico. Tampoco quiere desvelar el precio por el que adquirió los azulejos de Zuloaga. Explica que  muchos estaban muy deteriorados, algunos hasta resquebrajados, cuando los adquirió «antes de la pandemia». El comprador, de origen vasco, encontró a un experto en la cerámica de Zuloaga que restauró los azulejos en Madrid. Confiesa que compró el mural por motivos sentimentales —«me parecía una pena que se perdiera», dice— y porque tiene vínculos personales con León.

En unos días estará terminada la reforma del antiguo local de Casa Lorenzo, donde ya está prácticamente instalado el mural, a falta del marco. De momento, no hay fecha de apertura del nuevo bar, donde también mostrarán fotografías antiguas de los azulejos cuando revestían  las paredes de la pescadería.

Se desconoce el paradero del resto de los murales que había en el negocio de Mardomingo, diseñados por el arquitecto Torbado, que representaban escenas marineras asturianas. El de la Catedral conserva, en uno de los azulejos, la firma de Zuloaga. 

 El artista se puso de moda en León y dio un toque modernista a la ciudad entre 1902 y 1918. Sus azulejos decoraron desde la casa de Fernando Merino, en la calle Sierra-Pambley, a un altar en la iglesia de San Francisco de la Vega, los bancos y la fuente de la plaza de la Catedral —restaurados a principios de año por el Ayuntamiento en su actual ubicación, en la Residencia Virgen del Camino— o los rótulos de la fábrica Santa Teresa, encargados por los hermanos Pablos.  Mardomingo, un hombre de negocios «conocido en todos los ambientes financieros», como destaca un artículo de este periódico de principios de siglo, quiso que su pescadería fuera un elegante establecimiento y los azulejos de Zuloaga eran el complemento idóneo. El ceramista, tío del pintor Ignacio Zuloaga, ‘colaboró’ en los dos edificios que Gaudí diseñó en esta provincia: suyo es el rótulo de la fábrica de tejidos de Fernández Rius, en el edificio de Botines; y también decoró en 1913 la capilla del Palacio Episcopal de Astorga. Zuloaga, cuyas obras decoran desde el Palacio de Velázquez, el Palacio de Cristal del Retiro y el Hospital de Maudes en Madrid, jamás estuvo en León, pero llevó a cabo numerosas obras en esta provincia por su buena relación con Torbado, autor de algunos bocetos que luego el ceramista convertiría en azulejos.