Adiós al maestro de la voluptuosidad
Fallece Fernando Botero, el artista colombiano más universal
El artista colombiano Fernando Botero, fallecido ayer a los 91 años, llegó a España con 20 años «como un estudiante de arte pobre» que se dedicó a copiar a los grandes del Museo del Prado, pero años más tarde este país se rindió a su arte, ante sus «gordas», ante sus toreros, ante esas creaciones que son ya parte de nuestra iconografía. Estudió en la Real Academia de Arte de San Fernando, recordó su hija Lina Botero en 2020 cuando Madrid acogió su trabajo hecho durante más de medio siglo en la exposición Botero, 60 años de pintura . Una de las tres grandes exposiciones que dedicó España a este artista y en la que a través de 67 obras de gran formato se mostró la más completa obra del pintor y escultor colombiano.
Pero fue quizá en 1994 cuando Botero se convirtió en parte del paisaje español, más en concreto de Madrid, de la mano de la exposición de escultura al aire libre «Botero en Madrid», muestra que llevó a los madrileños, tras una encuesta popular, a elegir a «Mujer con espejo» como regalo del artista a la ciudad (situada en la plaza de Colón).
Un ejercicio de generosidad que le dio a conocer entre los neófitos del arte y al que le precedieron más éxito en este país donde también vivió en 1975 una de las mayores tragedias de su vida, la muerte de su hijo Pedrito a los cuatro años en un accidente de tráfico que marcó la vida del artista.
Años más tarde Sevilla acogió la exposición La Corrida , dedicada a la tauromaquia, en 1992, un arte que, en declaraciones a Efe en 2019 durante la inauguración de una exposición en la galería Marlborough para él «existirá siempre».
Botero fue el artista de las figuras voluminosas, «no gordas», como solía aclarar, una obra que lo convirtió en artista universal y que hoy está repartida en forma de pinturas y esculturas en museos y plazas de todo el mundo.
Nacido el 19 de abril de 1932 en Medellín, Fernando Botero Angulo transitó por el arte contemporáneo y el moderno, pero fue su estilo figurativo, desarrollado a través de las suaves formas de sus figuras regordetas, el que le dio fama mundial.
«La palabra ‘gordo’ no le gusta nada, la desterraría; él es un pintor de volúmenes», destacó en marzo pasado Marisa Oropesa, comisaria de la exposición Botero: Sensualidad y melancolía, presentada en Valencia. La carrera de Botero arrancó cuando se incorporó en su adolescencia como ilustrador al diario El Colombiano, el principal de su natal Medellín y uno de los medios regionales más importantes de Colombia.