Brators: el sueño psicodélico de Prowse

Cuando a Brators se les cayó el Goodbye (que era así como empezaba su nombre completo), el asunto se llenó de psicodelia. Y eso que tenían una gran máxima que decía «fusión musical sin etiquetas, nada está prohibido en la aventura», que sonaba de lo más prometedor. Pero, de todas formas, nada puede resultar más aventurero en el mundo del rock que optar por los caminos de la psicodelia. Así, con estos planteamientos llegan a publicar su primer disco, Brators , que presentan este miércoles en concierto en El Gran Café con apertura de puertas a las 21.00 horas, The Red Chiwawas como compañera banda telonera y una buena representación de ilustres de la música en León que ejercerán de djs como Juancho Lizard, Paquito Enfermedad o Hardcobo, por poner tres ejemplos.

Por qué en estos tiempos tan dispersos en cuanto a consumo de cultura un grupo se decide a meterse en el estudio y grabar un epé cargado de intensidad, duración y psicodelia sitúa y conecta a Brators en la estela de las bandas de rock de siempre. «En nuestro caso no creemos que tengamos mucho que ver con los grupos de León. No hay muchos que tengan nuestro estilo. En todo caso, recordando, Allrighters, o ahora, Humo», indican posicionando lo que presentan como definición: «Brators somos una banda de rock psicodélico formada en 2019 bajo influencias musicales, tanto de la década de los 70 como de la escena actual de grupos experimentales o de los 90», señalan, haciendo un curioso paréntesis en lo que a décadas tan redundantes se refiere como los 80, a la que no le han hecho ni caso. Pero también parece que les ocurre lo mismo con los años del punk de finales de los 70 o la new wave.

pink floyd

«Nos gusta Pink Floyd», se escapa a modo de sentencia definitiva durante una conversación con Jorge Villoria y Samuel Carretero, dos de los componentes de este curioso grupo que tiene un líder e ideólogo visible en la figura de Samuel Prowse, al que promocionan incluso sus propios compañeros, pero que luego funciona como una cooperativa sin egos y en donde lo que les interesa es llevar las canciones a buen puerto.

En definitiva, Brators son algo así como la última esperanza psicodélica del añejo rock leonés. El sueño psicodélico de un genio que anda suelto por la ciudad, eso sí, perfectamente acompañado. Y luego, buenos músicos y compositores y solventes intérpretes en directo con el carisma de esos grupos que saben compartir con el público su complicidad. Todo esto se traduce en el escenario en los nombres propios de una alineación de lujo: Samuel Prowse (guitarra); Jorge Villoria (bajo); Samuel Carretero (batería); Alberto Alonso (guitarra) y José Frechilla (sintetizadores).

Cinco temas largos esperan en este flamante epé de Brators y sus esperanzas son que el público las disfrute tanto como ellos: «Hacemos música más para disfrutar nosotros más que para gustar. Aunque también estaría bien... Y lo que nos interesa cuando tocamos es hacerlo mejor que la vez anterior. Mejorar el concierto anterior podría ser un buen objetivo», señalan en su particular partido a partido musical.

Y en ese sentido la evolución es un hecho que se aprecia en el disco y se verá en su directo de mañana a partir de una mayor riqueza sonora que crea una atmósfera envolvente y un sonido que traslada a mundos lisérgicos con un sonido expansivo y lleno de energía.