Diario de León

¿Qué hay de nuevo, viejo?

- La Feria del Libro Antiguo alcanza tres décadas de vida - Estará hasta el 5 de noviembre en Ruiz de Salazar y Pilotos Regueral

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León

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Contaba un día Mario Álvarez, músico leonés, que Nilo Gallego, otro genio local , cuando acudía a algún desguace para encontrar objetos con los que luego inventar su particular música, percusión y sonidos decía que iba a ver qué «novedades» habían llegado.

En la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de León tal vez todo esté más ordenado pero se coincide en que no se trata de buscar lo inservible sino lo que sirvió. La Carmen que mola aquí es la Martín Gaite. Si van, son nueve impactos como nueve soles (al menos así lo indicaba el buen tiempo de ayer) entre los que no solamente un niño a modo de excepción curioseaba sino que unos cuantos más desmentían a coro que la vida en pantalla sea la vida mejor. Porque buscaban sus cuentos, sus libros. Tampoco eran muchos, pero eran.

Hasta el 5 de noviembre se puede acudir a encontrarse de frente con todo un Luis Mateo Díez editado por Alfaguara que retrotrae a la juventud, o un Los Tres Investigadores, esa colección que presidía en la parte de arriba la cara de Alfred Hitchock. Libros que son memoria y otros, hitos: hay un Don Quijote gigante que cuesta 2.000 euros. Hay que pasar por allí también para saber que quedan héroes (al menos nueve...) del mundo editorial embarcados en una pesca de arrastre pero con vida para que los libros no desaparezcan.

Así, en las calles Ruiz de Salazar y Pilotos Regueral, detrás del Edificio Botines, es donde se celebra desde el 12 de octubre este rito librero que es la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de León.

Además, cumple tres décadas, y aunque sea un minidestierro echan de menos no poder hacerla en la plaza de las Palomas. Así lo manifestaba Abel Vieito, de Paraíso Lector, presidente de los libreros de viejo de León y auténtico sucesor de Adonino Llamazares Moncho, que fuera gran referente librero en León y a nivel nacional.

En términos generales, si se pregunta a qué va alguien a una feria de libro antiguo la respuesta ofrecida por todos es «a curiosear, a disfrutar de los libros y en muchos casos a tiro fijo». Eso sí, la afición hace que haya cierta propensión a dejarse sorprender y llevarse lo no previsto.

«En esta feria también hay mucha gente que quiere libros de temática leonesa, sobre la historia de León, la provincia y demás», indicaba el propio Vieito.

La cuestión es que pasear por los stands es encontrarse con viejos libros que siempre contarán algo nuevo. Como si estuvieran confabulados con un futuro por muy incierto que sea. Así, lo que vendrá se leerá en los libros, inclidos los ya escritos.

Todo Alatriste se infiltra en estos libros con solera y convierte a Pérez Reverte en un clásico natural, por poner un ejemplo de un autor contemporáneo que saborea de lo lindo las mieles del éxito. 

Paraíso Lector y Oblomov (de León). Libros del Reino Secreto (Segovia), Pariente (Rueda), Maxtor, Ortega y Azacán (Valladolid), Cajón Desastre (Ponferrada) y Páramo (Urueña) son los artífices de que el viaje de la lectura se ponga en marcha con todas las consecuencias. Todas estas librerías pertenecen a la Asociación de Libreros de Viejo y Antiguo de Castilla y León (Avacal), que es la que organiza esta cita en colaboración con el Ayuntamiento de León.

El personal que desfila por la feria es de todo tipo. Desde familias a auténticos especialistas que han desarrollado una afición que es tanto coleccionista como guardianes de lo que era comunicarse tanto con información, necesaria siempre, como conocimiento, imprescindible.

Por supuesto, se juega con todos los avances, pero al servicio de los libros de siempre.

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