Pájaro Sunrise vuela directo hacia el futuro
Nuevo disco. El leonés Yuri Méndez o Pájaro Sunrise publica ‘Devotion’, adelanto de su nuevo álbum, ‘The future is not what it used to be’, un canto al amor, pese a los malos tiempos.
En los cinco años que han transcurrido desde su último álbum, Man of many faces (Hombre de muchas caras), Yuri Méndez ha estado ocupado en cinco mudanzas, tres singles en castellano y dos bandas sonoras. Amén de una pandemia que le cambió —como a la mayoría— la vida. Ahora reside en La Coruña, tras años afincado en Madrid.
Acaba de lanzar la ultramelódica canción Devotion , primer adelanto de su nuevo LP, nuevamente con su sello de cabecera, Lovemonk, que, pese los agitados años en los que se alumbró, se anuncia como «un disco luminoso, que habla con lucidez del paso del tiempo».
El 2 de febrero verá la luz The future is not what it used to be (El futuro ya no es lo que era), un trabajo en el que el compositor leonés reúne una docena de temas. Hasta entonces, la discográfica, sacará dos o tres adelantos más.
El álbum, en realidad, está terminado desde hace tres mes, confiesa Pájaro Sunrise. El cantautor vuelve a su «idioma natural». Desde que empezó en la música —cuenta— «siempre compongo en inglés». «Como lo he hecho desde que era un crío, me sale escribir en inglés. Improviso por costumbre en inglés». Sin embargo, cuando empezó a publicar singles en castellano se dispararon las escuchas en Spotify. Algunos de estos temas superan los ocho millones de reproducciones.
Un leonés de película
En la misma plataforma el leonés tiene una ‘parroquia’ de 300.000 oyentes al mes. «No sé muy bien por qué un tema, sin hacer promoción, va muy bien», reflexiona. Resta importancia a las cifras. Recuerda que hace 25 años, una canción en Los 40 Principales, cada vez que sonaba, tenía cinco millones de oyentes. «Es el equivalente ahora en Spotify de dos años», dice.
El artista leonés de dos nombres tiene también dos vidas paralelas. Pájaro Sunrise ha puesto la banda sonora a un puñado de series y películas y un centenar de anuncios publicitarios. Su primera banda sonora completa llegó con 4 Latas , de Gerardo Olivares (Netflix), aunque anteriormente ya había colaborado con Sergio de la Puente en la música de El lince perdido, producida por Antonio Banderas, y puesto sus canciones al servicio de las series norteamericanas The Big C (Showtime) y Castle (ABC), así como de las producciones conjuntas de TV3 y Netflix Cites y Bienvenidos a la familia. En 2020, su música pudo escucharse en Historias lamentables, de Javier Fesser, el director del ‘taquillazo’ Campeones . Desde entonces ha completado las bandas sonoras originales de El arte de volver, largometraje de la Bienal de Venecia dirigido por Pedro Collantes y protagonizado por Macarena García, y Fuimos canciones (Netflix), la última película de Juana Macías, basada en el libro de Isabel Benavent.
Vivir de la música es casi misión imposible, pero no para Pájaro Sunrise, uno de los compositores más prolíficos, versátiles y respetados de la escena musical española. «Siempre he vivido de la música. De la que hago para otros, como las bandas sonoras, y de los derechos de mis canciones», explica. «Si asumes mucha carga de trabajo, grabar, mezclar y producir, puedes vivir; claro que sin ser Bizarrap». Y es que el productor argentino logró con Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan , junto a Shakira, 33 millones de reproducciones en las 24 primeras horas.
Si se le pone en el brete de elegir, acaba reconociendo que prefiere su carrera musical. «No se trata de escribir música según un guion y las posibilidades son infinitas. Llevo toda la vida haciendo música para imagen, pero prefiero Pájaro Sunrise».
La gira que viene
Desde la pandemia ha bajado el número de conciertos. Le acompaña el violinista Javier Jiménez, un músico que, en realidad, «toca de todo» y que también ha participado en el nuevo disco, el noveno de Pájaro Sunrise. El artista no actúa solo. Para algunos conciertos ‘recluta’ a músicos que le han acompañado casi desde 2009, cuando se lanzó al ruedo de la música. Anuncia que hará gira de promoción con The future is not what it used to be. De hecho ya tiene cerradas algunas fechas en Madrid y Barcelona. «Supongo que iremos a León».
Si hace balance de su carrera afirma que se ha hecho mayor y su música es menos ingenua. «Espero haber ganado perspectiva con los años. Al principio, hacía solo ciertas cosas y otras no sabía cómo hacerlas. Ahora puedo manejar mejor las herramientas y ser menos inocente con lo hago. Que sea mejor, no sé».
«Hago la música que quiero hacer en cada momento», asegura; algo que muy pocos pueden permitirse.
Sobre el nuevo disco dice que transmite «la sensación que tenía en aquel momento de que el mundo se había vuelto muy confuso, que todos necesitábamos reubicarnos y que muchas de las normas y de las ideas de lo que podía ocurrir habían cambiado. El disco intenta ser una reacción optimista, pero no creo haberlo conseguido todo el rato».
Con las nuevas formas de consumir música el mercado ha dado un vuelco. «No sé si hay alguien que compre discos. Hay un montón de conciertos y música en todas partes, pero la parte discográfica creo que está un poco confusa». Él tiene suerte, porque «en las plataformas digitales me va bien, que es un equivalente de las ventas antiguas. El formato de Lp a la gente se le hace demasiado largo. Te acostumbras a canciones sueltas y listas de reproducción. Un poco como ocurría en los 50 y los programas de radio».