Diario de León

Pablo Rioja revela los secretos de la ‘Fátima’ de Bosnia

El periodista leonés presenta hoy en el ILC su libro ‘Objetivo Medjugorje’

Portada del libro

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Lugar: Instituto Leonés de Cultura.

Hora: 19.30.

Pablo Rioja cree en los milagros. Especialmente, en el que sucedió en 1981 en Medjugorje, un pequeño pueblo de los Balcanes, donde la Virgen se apareció a seis niños y les reveló diez secretos. Una década después, durante la guerra de Bosnia esta localidad parecía estar a salvo del fuego serbio, como si un halo protector impidiera el paso de proyectiles. El periodista de Diario de León visitó en 2012 el santuario que cada año atrae a millones de personas en busca de iluminación. Y la vida le cambió por completo. Fruto de aquella experiencia es el libro Objetivo Medjugorge (Custodian Books), que presenta hoy a las 19.30 horas en el Instituto Leonés de Cultura (ILC). El libro recoge las vivencias de Rioja en aquel viaje y los que realizó posteriormente en 2013 y 2015 a la ‘Fátima’ de Bosnia-Herzegovina.

¿Es Medjugorje una especie de parque temático de lo sobrenatural? ¿Son reales las posesiones demoníacas o son tan solo el guion de una buena película? ¿Qué hay en esa remota aldea que tanto atrae a fieles de todo mundo, pero también a quienes no han conocido a Dios en sus vidas? El periodista se cuestiona estas y otras muchas preguntas en un libro en el que relata historias de endemoniados, sanaciones de enfermos, conversiones y, sobre todo, un impactante encuentro personal con Dios.

«Yo fui allí buscando casos de presunta posesión demoniaca y me di de bruces con mis propios demonios. No sé si se aparece la Virgen, pero aquello es uno de los mejores regalos que te pueden hacer hoy. Es medicina para el alma, un zarandeo individual necesario donde lo de menos es quién eres, sino lo que deseas de verdad empezar a ser», confiesa el autor.

«Para mí, ante todo, Medjugorje es uno de tantos flotadores que Dios está lanzando hoy a una humanidad cada vez más hundida en sus propios sufrimientos, que ha perdido sus raíces y que no encuentra consuelo por más que trate de enmascararlo en un halo de felicidad terrenal muy pasajero», afirma.

Considera que Medjugorje hay que vivirlo. «No se trata tanto de sentir o ver cosas más o menos sobrenaturales. Es un lugar de paz absoluta, de respeto por lo sagrado como nunca vi, donde a mucha gente le cambia la vida, algo se les despierta en su interior. La Virgen pide que volvamos nuestra vista a Dios», dice.

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