Samantha Hudson: «León es Valderrueda, el monte, mi abuela»

Hay en Samantha Hudson (León, 1999) un León que pertenece a la infancia y el orgullo de procedencia familiar en los tiempos escolares en Mallorca. Y hay en Samantha Hudson el recuerdo actual de su ciudad de nacimiento en donde ese orgullo, ese presumir de León, se ha convertido en cariño. «Para mi, León es Valderrueda, el monte, mi abuela». Lo dice la leonesa criada en Mallorca estos días en los que está de celebración y llena de proyectos. Nuevo disco , gira y un gran premio. Ese podría ser el resumen de la etapa que vive la polifacética artista. Y es que Samantha Hudson ganó el MTV EMA a Mejor Artista Española, imponiéndose a Lola Índigo, Quevedo, Abraham Mateo y Álvaro de Luna. Este reconocimiento en los premios europeos de la cadena musical más importante del mundo le coincide con el lanzamiento de Aove Black Label, su nuevo disco en la calle hace menos de una semana, y que le llevará el 18 de noviembre a La Riviera, el 25, en Razzmatazz (ya todo vendido), en diciembre en Pamplona y Vitoria y en febrero en Valencia, Gijón, Logroño,  Bilbao y Burgos. Lo que hace tener la esperanza de que se pase por León.

Sobre el éxito actual Samantha Hudson se muestra cauta: «Intento no tomarme demasiado en serio ni mis victorias ni mis derrotas. No me quiero emborrachar de estas buenas noticias...», dice. De hecho, tira de modestia al hilo del premio MTV puesto que casi a modo de aclaración explica que «esos artistas son mucho más grandes que yo, tienen millones de seguidores. Aunque tengo que estar contenta por haber conseguido el premio con mis medios». Se refiere también al trabajo que lleva a cabo con Subterfuge, su compañía de discos, con quien la sintonía es total y hace que sumen fuerzas para conseguir grandes objetivos como los actuales. «Estoy muy contenta y muy a gusto con ellos. Con Gemma del Valle y con todos. Representan mi espíritu», cuenta, además de remarcar que este éxito surge desde la música alternativa para triunfar en el mainstream: «Estoy orgullosa de ser embajadora de lo underground», sentencia.

Aove Black Label, su nuevo disco, también le está dando todo tipo de satisfacciones, y su edición en vinilo, aún teniendo ese carácter de coleccionista, se está vendiendo a gran nivel. Es así, la evolución artística de alguien que apuesta por lo inclasificable. Aunque con los pies en el suelo: «Mi evolución irá siempre en función de las cifras», de Samantha Hudson, que en la actualidad, aunque cada vez en mayores aforos, recorre en gira recintos de todo tipo. «Puede haber un antro que te ofrezca un buen caché y unas buenas condiciones de trabajo, de logística. Y a lo mejor otro sitio más grandilocuente, no te ofrece esas condiciones».

Sus propias características personales y artísticas causan también impacto, y en este caso Samantha Hudson muestra de nuevo su sensatez. Al hilo de ese carácter de embajadora de lo underground y si conecta más con generaciones anteriores, como podría ser Pedro Almodóvar, o ahora con Los Javis, se muestra tajante: «Me cansa eso de la vida de elegir entre uno u otro, que si la guerra intergeneracional. Me quedo con los dos, en este caso con los tres», advierte, para luego reflexionar: «Yo soy una chica muy contemporánea. Y vivimos unos tiempos diferentes, en los que podemos disfrutar de lo mejor de lo vintage y de lo de ahora». Samantha Hudson explica también que es una persona visible en el mundo LGTBIQ+ y «me imagino  que en los años 80 las cosas serían mucho más difíciles».

Orgullo de leonesa

«Voy cada poco a León. De pequeña todos los veranos, aquellos tres meses... Ahora voy en Navidad. Y me encanta ir. Además tengo allí a la única abuela que me queda», dice Samantha Hudson. «A León le tengo el cariño rural de Valderrueda, Cistierna, el monte, el paisaje. Para alguien que lo que veía era Magaluz...», rememora valorando esas temporadas leonesas. «También tenemos contacto con Chozas de Abajo», afirma. «Recuerdo León con orgullo cuando hacía las redacciones en el colegio y presumía de mi pueblo. Ahora es más cariño y nostalgia. Y también, orgullo, porque la Catedral, dejala correr...»