El cuadro de su recreo
‘Mi refugio’, una obra de Sara Martínez y Daniela Lobato, de los Maristas, ocupa ahora el hueco en la muralla del Espolón
Vaya por delante que aquí el recreo es la clase de plástica con el profesor Carlos Cuenllas en los Maristas. Pero ese cuadro como obra paisajista que ahora cubre y preside el hueco en la muralla en la plaza del Espolón, en una especie de acceso o pasadizo, fue durante su realización el sitio de su recreo, el de las autoras de la obra, Sara Martínez y Daniela Lobato. Ayer, con una educación y clara explicación casi excepcional, confesaban que este proyecto resultó ser algo así como su cura antiestrés, que se sepa que también existe en el mundo adolescente.
Lo explicaban Sara Martínez y Daniela Lobato a los medios locales sin que hubiera que reclamarles algo más que monosílabos. De esta manera el Archivo Histórico Provincial de León exhibe la obra paisajística titulada Mi refugio , un cuadro de dos metros y medio de alto y más de un metro de ancho realizado por estudiantes del centro Marista San José. La obra sustituirá a El Principito en este peculiar espacio de muralla de la plaza del Espolón y que presidió durante todo medio año el paso de los viandantes.
El delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Diego, acompañado por la directora del Archivo Histórico Provincial de León, Eva Merino, la jefa del Servicio Territorial de Cultura, Amelia Biaín, el profesor de Educación Plástica, Carlos Cuenllas, y por supuesto, Sara Martínez y Daniela Lobato, inauguraron ayer esta expresión de arte en la calle que estará alrededor de seis meses, tal y como se lleva haciendo desde 2016.
Y ellas encantadas, porque, como señalaban, «nos dijeron que lo pondrían en algún lugar para que se viera, pero no nos imaginábamos que fuera en un sitio tan importante», decían.
Según las propias artistas, el objetivo de este cuadro, con la imagen de estas montañas, el río y el sol al fondo, era que les sirviera a las personas que lo contemplen para alcanzar la calma y sentirse relajadas, como les sucedió a ellas mientras lo pintaban, en cierto modo pintar el cuadro para ellas, fue un ejercicio de arteterapia y ahora disfrutan de que su trabajo se muestre como arte público, gracias al Archivo Histórico de León, y se ponga en el lugar para el que ha sido pintado. «Estábamos deseando que llegara la clase de plástica para relajarnos y pintar el cuadro», dijeron. Las mezclas para obtener el color deseado han sido precisamente lo que más les ha costado conseguir a las dos pintoras que lo han creado, estudiantes de la ESO que concluyeron esta obra el pasado mes de junio, justo antes de terminar el curso en Maristas San José, como proyecto de tercer curso de la asignatura de Educación Plástica, Visual y Audiovisual.
«Gracias a esta iniciativa se pueden recuperar espacios urbanos que antes pasaban desapercibidos», señaló Diego.