El Museo de San Isidoro no quiere ser un panteón
Mostrará su colección como nunca antes y prepara un plan para ofrecer actividades paralelas
Raquel Jaén, directora del Museo de San Isidoro, el abad Luis García, y el director de HP, Miguel Ángel Turrado. RAMIRO
Pocos museos albergan un tesoro tan extraordinario como el de San Isidoro . Un ‘botín’ acumulado durante mil años, sin menospreciar la principal joya, el edificio , así como el Panteón Real, la ‘Capilla Sixtina del románico’. En primavera mostrará sus valiosos objetos como no se han visto hasta ahora, tras la gran reforma del museo, que ha triplicado su espacio y modernizado sus salas.
De momento, la transformación diseñada por el arquitecto madrileño Juan Pablo Rodríguez Frade ha dado sus primeros frutos . El museo está recuperando los visitantes que perdió durante la pandemia y las reformas, aún a falta de concluir la musealización y mostrar la colección, en torno a nueve piezas claves, según el relato concebido por el catedrático Isidro Bango y la empresa madrileña Ypuntoending, encargada de la museografía.
El público leonés
El abad de San Isidoro, Luis García Gutiérrez , explica que la afluencia de público ha experimentado un repunte desde el verano. Sobre todo, ha sido llamativo el número de leoneses que han querido ver las nuevas salas de exposiciones, que hasta marzo se mostrarán prácticamente vacías, excepto la del Grial, la Biblioteca Renacentista o la Cámara de Doña Sancha, con sus espectaculares pinturas murales, arrancadas de sus paredes en los años cincuenta y recolocadas en 2018.
En busca del público perdido
Antes de la covid 19, San Isidoro llegó a contabilizar 100.000 visitas anuales, a pesar de que las ‘estrecheces’ de un museo concebido en los años cincuenta y no remodelado hasta ahora, obligaban a establecer cupos para evitar colapsos, especialmente, en la angosta escalera de caracol que daba acceso a la antigua sala del tesoro.
«El objetivo es superar esa cifra de 100.000 visitantes», confiesa optimista el abad. De momento, no se ha puesto en marcha el nuevo plan de gestión del museo incluido en la reforma que comenzó en 2019, cofinanciada por el Cabildo y la Fundación Montemadrid y que superará los tres millones de euros.
Sin duda, la transformación del museo, que suma 2.000 metros cuadrados más de espacio expositivo, permitirá incrementar las visitas. Pero hay otros planes.
Más que un museo
Raquel Jaén, directora del Museo de San Isidoro , trabaja ya en una programación cultural, un calendario anual, para ofrecer cada mes alguna actividad extraordinaria, desde exposiciones temporales —como la que se puede ver actualmente, La Biblioteca Imposible , que reúne facsímiles de las mejores publicaciones de las bibliotecas más importantes del mundo—, así como la pieza del mes, conferencias, talleres o visitas especiales. La idea es dar ‘argumentos’ al público, sobre todo a los leoneses, para visitar con asiduidad el museo.
Uno de los objetivos de la reforma era convertir San Isidoro en un museo del siglo XXI. Y no solo con la actualización de las salas. Desde octubre, el Santo Grial ya se puede tocar. También ampliar, girar, ver el interior y la base e, incluso, detectar la ‘muesca’ que dejó Saladino al arrancar una esquirla del cuenco de ónice, antes del agitado viaje que trajo a San Isidoro la reliquia más valiosa de la cristiandad. Se trata de una experiencia interactiva, gracias a una herramienta creada por HP, la empresa tecnológica que dirige el leonés Miguel Ángel Turrado, quien anunció entonces que prepara otros dos proyectos tecnológicos para los próximos meses, centrados en el Panteón Real y en la Cámara de Doña Sancha, que aumentarán el atractivo de un museo dispuesto a mostrar sus tesoros como no se han visto nunca.