Pedro Víctor Fernández: «La CIA tenía un objetivo político dentro del franquismo»
- El catedrático y escritor leonés Pedro Víctor Fernández publica ‘El laberinto del ogro’, una novela sobre el atentado de ETA que acabó con la vida del presidente del Gobierno Carrero Blanco, un golpe mortal al franquismo. Un libro por el que transitan terroristas, espías, soplones, militares y políticos, en el que el autor introduce al lector en un opaco laberinto, donde cobran protagonismo Argala, Kissinger, Eva Forest, el coronel Blanco, Pepe el Secreta y la camarilla de El Pardo. El escritor presentará la novela el jueves, a las 19.30 horas, en el Instituto Leonés de Cultura.
El catedrático y escritor leonés Pedro Víctor Fernández publica ‘El laberinto del ogro’, una novela sobre el atentado de ETA que acabó con la vida del presidente del Gobierno Carrero Blanco, un golpe mortal al franquismo. Un libro por el que transitan terroristas, espías, soplones, militares y políticos, en el que el autor introduce al lector en un opaco laberinto, donde cobran protagonismo Argala, Kissinger, Eva Forest, el coronel Blanco, Pepe el Secreta y la camarilla de El Pardo. El escritor presentará la novela el jueves, a las 19.30 horas, en el Instituto Leonés de Cultura.
—¿Por qué decidiste escribir una novela sobre el atentado de Carrero Blanco?
—Hay personajes y momentos que te hacen un guiño y acaban involucrándote. Ese magnicidio tiene zonas oscuras que la Historia no ha podido desentrañar hasta ahora. La novela es capaz de desbordar esa estrechez y ofrecer al lector un relato acabado.
—Hay una serie, ‘Matar al presidente’, que acaba de estrenarse, y este mes se cumplen 50 años del atentado, ¿no te preocupa que proliferen libros y documentales?
—Cincuenta años es una cifra muy respetable para retomar un hecho histórico. Llevo dos años recogiendo información al respecto. No es malo que proliferen las publicaciones en los aniversarios. Esa diversidad enriquece la interpretación del pasado, siempre que diferenciemos entre realidad y ficción.
—¿Recuerdas dónde estabas el 20 de diciembre de 1973?
—Lo recuerdo perfectamente. Los que tenemos cierta edad recordamos ese asesinato en clave personal, como sucede con el 23-F y otros hechos relevantes. Yo era un alumno de EGB, a punto de coger las vacaciones de Navidad.
—¿Qué aporta nuevo tu libro?
—Una interpretación cerrada y coherente de los hechos. Hay demasiados actores en ese escenario que requieren nuestra atención: políticos, etarras, espías, servicios de vigilancia, policías, la DGS, los militares, la camarilla de El Pardo...
—Había mucha gente al tanto del atentado. La muerte de Carrero le venía bien incluso a sectores del régimen...
—Todos ganan con la muerte de Carrero Blanco. Todos, menos sus familiares, allegados y leales. La novela recorre pasillos, mentideros y despachos.
—¿Has necesitado documentarte mucho para ‘meterte’ en el comando de ETA y desvelar algunas claves de la ‘operación ogro’?
—La opacidad del comando etarra me ha exigido mucho trabajo de rastreo. Estamos hablando de actuaciones de personas clandestinas, aunque contamos con algún testimonio escrito. Bien entendido que muchas declaraciones están tejidas con las fibras del interés.
La trama
«Solo un 20% es ficción. Lo suficiente para ofrecer ritmo, diversidad y cierta profundidad de los hechos»
—El libro no ha llegado a las librerías y ya fue finalista del Premio Hispania de Novela Histórica....
—Está distribuyéndose esta semana. También figura en internet. Se trata de una novela premiada, finalista del X Premio Hispania de Novela Histórica.
—¿Por qué te gusta la novela histórica?
—Es el ámbito narrativo en el que más a gusto me encuentro. Y aún más dentro de la Historia contemporánea.
—¿Estás escribiendo algo actualmente?
—Seré discreto en este apartado, pero hay un personaje del siglo XIX que se está dejando investigar. No puedo aventurar más.
—¿Sin la muerte de Carrero la dictadura habría durado otros 40 años más?
—El almirante era el guardián de las esencias del régimen, la última resistencia. De haber continuado al mando de esa nave, la Transición se hubiera retrasado, al menos, diez años más; y, posiblemente, Franco no hubiera muerto en su cama. Todo un remodelado de la Historia.
—¿Cuánto hay de ficción en el libro?
—Solo un 20%. Lo suficiente para ofrecer ritmo, diversidad y cierta profundidad de los hechos.
Cincuenta años
El día 20 se cumple medio siglo del atentado a Carrero Blanco y ya hay varios libros y una serie
—¿Quién era más odiado en aquella época, Carrero o Arias Navarro?
—Ambos eran poco queridos y entre ellos muy poco amigos, por decirlo de una manera amable. Arias Navarro sube al timón del barco después de haber fracasado como responsable de la vida del presidente. En esa sucesión hay algo incongruente, que la novela recrea y explica.
—¿Sabes cuántos de los personajes que desfilan por la novela siguen vivos?
—Creo que nadie o casi nadie. Al menos, los más importantes. Si alguien queda, estoy seguro de que, después de cincuenta años, no me iba a revelar algo trascendental.
—¿Te resultó más difícil ‘meterte’ en la cabeza de los etarras, en la de Carrero Blanco o en la de algunos ‘secundarios’ relevantes?
—Esa fue la tarea más dura. Pensar y actuar como un etarra, un franquista, un espía, un soplón, un diplomático o un militar. Tal vez este aspecto sea el elemento más atrayente de la novela. De hecho, episodios harto conocidos, como el propio magnicidio, ocupan una extensión secundaria, incluso intencionadamente reducida.
—En la novela se habla de Estados Unidos, ¿crees que el papel que jugó es lo menos conocido por el gran público del atentado?
—Esa es una zona oscura del caso. Pero su actitud fue definitiva. Por decirlo diplomáticamente, la CIA tenía un objetivo político dentro del franquismo. La opacidad no disminuye su implicación. Al contrario.
El autor y su obra
El leonés Pedro Víctor Fernández, doctor en Historia y catedrático de instituto, recién jubilado, compagina el ensayo histórico y la colaboración en prensa con la producción literaria de relatos y novelas.
Estas últimas están ambientadas en momentos cruciales de la historia contemporánea: El triángulo del león (2004), Los arcanos del tiempo (V Premio Hontanar de Narrativa, 2006), El brillo azul de la memoria (2007), Hijos de Caín (2009), La muerte del alquimista (Finalista Premio Villalar, 2014), La sombra del toisón (2015), La ira del camaleón (colección Maestros de la Novela Histórica. Áltera, 2016), Con odio en la piel (2018), Campus de muerte (Premio Alféizar de Novela, 2021).
Entre sus textos breves destacan una veintena de relatos premiados. Y ahora con El laberinto del ogro, que relata el atentado contra Carrero Blanco, finalista del X Hispania de Novela Histórica.