«La palabra es el mayor superpoder que existe»

El escritor Juan Gómez-Jurado, que ha presentado en Zaragoza su nuevo libro Todo vuelve de la saga de Reina Roja, ha señalado que «la palabra puede dejarnos alargar o estirar el tiempo para ser capaces de detenernos en lo verdaderamente importante».

—Una nueva novela, una continuación de una historia. ¿Qué puede contar de ‘Todo vuelve’?

—Si por mi fuera, nada. Vendería mis novelas con un papel blanco cubriendo la portada. No me gusta hablar del argumento de los libros, pero son tres mujeres que están desesperadas y a las que van a perseguir por distintos motivos y que lo van a pasar muy mal a lo largo de la historia. Les siguen fuerzas superiores a ellas y todo hace pensar que deberían rendirse, pero no lo hacen. Es un thriller, está dentro del universo Reina Roja , es muy divertido y el lector se va a quedar hasta altas horas de la noche sin poder dormir.

—Sitúa a Aura Reyes, la protagonista, en una cárcel y con una situación límite. Sin embargo, hay comedia a lo largo de su novela. ¿Cómo es unir estas dos vertientes?

—Honestamente, no lo sé. Arranca en una cárcel, aunque al poco tiempo la abandona. Creo que la respuesta probablemente la tendría mi padre. Cuando él estaba en el hospital a punto de fallecer hacía dos cosas, ver películas de vaqueros y contar chistes. Yo le preguntaba por qué no contaba otras cosas en vez de chistes y me decía que era lo único que le quedaba. Yo creo que esta visión se quedó ahí. La mejor forma de honrarle es no olvidarme nunca de que quiso irse contando chistes.

—¿Qué cabe en diez minutos?

—La literatura es muy bonita porque puedes hacer lo que quieras con las palabras. En diez minutos caben muchas cosas. En mi cabeza, a lo mejor, menos. Pero en la de Aura Reyes, bastantes más. Los escritores en general podemos escribir en una frase «pasan ocho horribles meses» como en uno de los capítulos dentro de la novela o estar 5.600 palabras para describir tres segundos como en Reina Roja . La palabra puede dejarnos alargar o estirar el tiempo para ser capaces de detenernos en lo verdaderamente importante. Es el mayor superpoder que existe si lo piensas, ser capaz de vencer a lo único invencible.

—También están Sere y Mari Paz. ¿Quiénes son ellas?

—Sere es una persona completamente loca. Hasta ahí puedo leer sobre ella sin desvelar demasiado. Vive dentro del caos que se produce en su cabeza, mientras que por fuera se dedica a ordenar el mundo. Es curioso porque es alguien que con tantos grillos en la cabeza es capaz de abrir puertas con la facilidad con la que lo hace. Después está Mari Paz, que es probablemente mi personaje favorito de todos los que he hecho. Es una legionaria, es gallega, está profundamente enamorada de otro de los personajes de la novela, el amor no es correspondido y, en esa tensión, se produce mucho conflicto.

—Lo ha dicho, hay amor en su novela y de muchas formas.

—Sí, es así. Es muy bonito porque yo no lo sabía al principio. Presentaba Cicatriz y yo comentaba que era la primera historia de amor que escribía, hasta que una lectora me dijo que no, que todo lo que había hecho lo era. Me quedé parado y pensé que tenía razón. Se me quedó muy grabado y he intentado vivir acorde a ese principio. Hay cosas que simplemente ocurren cuando ocurren y ya no puedes disociar.

—¿Cuál es el descubrimiento o aprendizaje que se lleva de esta novela?

—Indiscutiblemente lo de las historias de amor en general con el universo de Reina Roja . Con esta novela más en concreto, que somos capaces de resistir mucho más de lo que creemos o nos imaginamos. Me he dado cuenta, escribiendo uno de los personajes, que los seres humanos resistimos cosas inimaginables. El amor y la resiliencia serían las dos cosas.

—Haciendo alusión a su novela. ¿’Todo vuelve’ de verdad?

—Esperemos que no. Y hasta ahí (risas).