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Masegosa, de una gasolinera a triunfar en la tele

- Ha participado en ‘Maestros de la costura’ y ahora es una de las concursantes del ‘reality’ de Cuatro ‘En busca del Nirvana’

La concursante del programa ‘En busca del Nirvana’, la leonesa Mahi Masegosa. TELECINCO

Publicado por
J. Moreno
León

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Trabajó toda la vida en la gasolinera de su familia hasta que se convirtió en una de las concursantes más populares de Maestros de la costura. La influencer Mahi Masegosa es una de las participantes de En busca del Nirvana, el reality que presenta Raúl Gómez en Cuatro. 

—¿Se pensó participar?

—No me lo pensé porque estaba muy aburrida en casa. Había terminado de vinilar los baños, había pasado la ITV al coche y ya no tenía nada más que hacer. No se puede rechazar un trabajo.

—¿Influyó el dinero que le iban a pagar? 

—Hombre, claro.

­—¿Si le hubieran pagado poco lo rechazaría? 

—No, porque siempre hay alguien que lo coge y yo soy de las que siempre dice que sí. La cosa está muy mal y mañana no sabes lo que te puedes encontrar. Agradezco a la productora que quieran contar conmigo.

—¿Puso alguna condición para concursar o algún veto a un concursante?

—No, eso lo haría Isa Pantoja por ejemplo. ¿Quién soy yo para vetar? Ella sí veta, al igual que otra gente importante. Pero mi padre es León, el de la gasolinera. No soy de vetar, pero no me hubiese gustado coincidir con Tom Brusse. Es insoportable esa persona.

Los inicios
«Mis abuelos montaron la gasolinera en 1964 y desde chiquitilla he estado allí trabajando»

—¿Cómo fue la experiencia de grabar en Nepal?

—Era una gente muy agradable. Están acostumbrados al turismo y a mí no me miraban raro. Lo que sí hacían era pedirme fotos porque pensaban que era cantante famosa, me asociarían con Lady Gaga. Siempre piensan que me inspiro en ella a la hora de vestir, pero yo me inspiro en las travestis de Chueca. Y de música me gusta Extremoduro.

—En una época de cambios de caras en Mediaset siguen contando con usted. ¿Se considera afortunada?

—Soy un personaje muy blanco. Me conocieron en Maestros de la costura (TVE), tenía a mi novio y mi vida es tranquila. No se me conoce por poner los cuernos o hacer un coito, pero eso es malo también, porque luego no te llaman de los sitios. Se acuerdan de vez en cuando de mí, y que se acuerden está bien. 

-—Tuvo una polémica en redes porque se quejó de que tenía que prepararse mucho como ‘influencer’. ¿Cómo vivió todos esos comentarios?

—Me escriben desde Chile diciéndome que no he trabajado en mi vida. Pues anda que no he echado yo gasolina. El primer día lo pasé mal pero luego me dio igual. La gente que me conoce me quiere mucho. Mis abuelos trabajaron muchísimo, montaron una gasolinera en 1964 y desde chiquitilla he estado allí con mi papá trabajando toda la vida. Y ahora me vienen a decir que no sé lo que es trabajar. ¡Anda ya!

—Pero, ¿se agobia como ‘influencer’?

—Ese día sí porque no se valora el trabajo. Hay gente a la que siguen en redes sociales para ver con quién se acuestan, que está muy bien, pero los que tenemos un perfil muy blanquito, como yo que no tengo novio nuevo, tenemos que currárnoslo. Tengo que competir con las chicas de La isla de las tentaciones en campañas de marca. 

—Ya se conocerá todos los trucos de los ‘realities’. 

—Me los conozco. Me hago la tonta y de tonta no tengo ni un pelo, pero me dejo engañar. A veces tengo que forzar. pero es que tengo cara de tonta, y como también tengo voz de pito, muchas veces llamo gilipollas a alguien y no se lo toma en serio. Siempre hay trucos, lo que pasa es que te enfadas, te lo tomas a lo personal y se te olvida que es televisión. La tele es así, es pura realidad. Y por más que intentes controlarte porque se está grabando se te olvida, lo pasas tan mal que al final la cámara es lo de menos. 

—¿Qué aprendió de este género?

—A tolerar más a las personas. Estoy todo el día en mi casa y aunque soy simpática y me gusta hablar con la gente, no me gusta quedar. Normalmente no soy contestona o conflictiva, pero se me hace largo y pesado pasar tiempo con gente que no conozco. Soy una tía muy campechana, pero lo que no aguanto es a la gente.

—¿Y se animaría ahora a entrar con su novio en ‘GH Dúo’?

—Me tendrían que pagar muy bien. ¿Estar ahí encerrada en una casa, que además es como un decorado y parece una nave industrial? Debe de ser duro, no sé si estaría preparada.