Al rescate del castillo perdido del Curueño
Fortaleza templaria. La vegetación ocultaba hasta hace cuatro años una extraordinaria fortificación del siglo IX en Santa Colomba del Curueño. Tras rescatar la planta de este castillo templario, el ayuntamiento acaba de sacar a licitación, por 278.000 euros, la consolidación de las ruinas.
El castillo de San Salvador, en Santa Colomba del Curueño, ‘emergió’ del subsuelo en 2019. Al principio era imposible aventurar la magnitud de un edificio que contó con seis torres. Se trata de una fortaleza templaria muy bien documentada, pero que había permanecido oculta y, tal vez a salvo, gracias a la espesa maleza que lo engullía. La limpieza del entorno, gracias a un convenio con la Diputación, que aportó 180.000 euros, y otros 20.000 el ayuntamiento, permitió sacar a la luz importantes vestigios, como un gran aljibe. La planta de la fortificación y los tramos del sistema defensivo —un muro de tierra, reforzado con una pared de piedra— quedaron al descubierto. Se sabe que esta construcción medieval daba protección a vecinos y peregrinos que circulaban por estas rutas menores de la antigua calzada romana. Su emplazamiento estratégico le permitía, como explica el proyecto de rehabilitación diseñado por el arquitecto Ricardo García Alonso, «establecer señales de humo con el castillo de Aviados, que, a su vez, lo hacía con el de Peña Morquera, y éste con el de Montuerto, y así sucesivamente, estableciendo todo un entramado defensivo y de vigilancia, absolutamente necesario para las estrategias militares».
Ahora, el Ayuntamiento de Santa Colomba del Curueño ha sacado a licitación una nueva intervención en el castillo fortaleza y en la cercana ermita de Santa Ana por un importe de 278.000 euros y un plazo de ejecución de cinco meses. El objetivo es la recuperación del entorno y la protección y consolidación de las ruinas del castillo, para que sea un lugar visitable en todo su perímetro. Los trabajos se centrarán en la limpieza y nivelación del terreno del perímetro interior, la mejora del perímetro exterior del castillo y de los accesos, la protección de las fábricas de tapial descubiertas en la primera fase de las obras y la cubrición del aljibe —que ahora es peligroso para los visitantes, así como para protegerlo del vandalismo—. Además, por expresa petición de la Comisión Territorial de Patrimonio se restaurará al estado original la sección del foso perimetral del castillo movido por el paso de maquinaria en las labores de desarbolado del yacimiento arqueológico.
La historia del castillo
La edificación, al igual que sucediera con el resto de los castillos medievales de la zona, sufrió distintos avatares hasta que durante los siglos XIV o XV, abandonado y sin uso, se vio abocado a su desaparición, arruinándose con el paso del tiempo. Al castillo se llega pasando por la ermita de Santa Ana, ubicada en el borde de una planicie que se encuentra por debajo del castillo.
Anexas a la ermita de Santa Ana se observan restos de una edificación precedente, que se sospecha podrían corresponder a lo que hubiera sido la original capilla del castillo. La ermita de Santa Ana, erigida en el siglo XVI, ‘colonizó’ parte de la estructura del castillo. A pesar de la desaparición del castillo se mantuvo la devoción a la Santa alojada en los restos de la capilla, y se mantuvo la costumbre de subir desde todas las iglesias del valle del Curueño, para celebrar cada año la romería del Salvador que tiene lugar el día de la Ascensión.
La intervención
Permitirá consolidar las ruinas del castillo para que sea un lugar visitable en todo su perímetro
Por la documentación que existe en el archivo de la Catedral de León se cree que el castillo data del siglo IX o principios del X. El 13 de octubre del 999, el rey Alfonso V de León y su madre Elvira donan al obispo Froilán de León el castillo de San Salvador de Curueño. Alfonso VII donará la fortificación a la iglesia de Santa María de Regla de León y a su obispo Arias. En los siglos XII y XIII los templaron recibieron el castillo como sede de sus operaciones de vigilancia y protección de pueblos y peregrinos del Camino de Santiago.