Diario de León

Pallarés espera al visitante «un millón»

El Museo de León cuenta las personas que han pasado por el edificio de Santo Domingo desde que fijó aquí su sede en 2007 El año pasado la colección creció en 832 objetos

Detalle de la exposición que el Museo de León albergó del colectivo zart. FERNANDO OTERO

Detalle de la exposición que el Museo de León albergó del colectivo zart. FERNANDO OTERO

León

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El Museo de León hace balance y le salen bien las cifras. Cerró el año pasado con 61.918 visitantes, lo que supone 5.459 más que en 2022. También el museo ubicado en el edificio Pallarés lleva la cuenta de las personas que han visitado sus salas, en exposiciones temporales o para disfrutar de su colección permanente, desde 2007, año en que trasladó su sede al emblemático edificio de la plaza de Santo Domingo diseñado por Manuel de Cárdenas para albergar unos grandes almacenes. Han sido 967.173 visitantes en dieciséis años, así que en unos meses alcanzará el millón. En teoría, a mitad de año. Quizá el museo prepare alguna sorpresa para el visitante que marcará una cifra tan redonda.

Muchos objetos y poco sitio

En la memoria del último ejercicio hay que destacar el incremento de la colección del museo, que en 2019 cumplió 150 años de historia. Entre donaciones, entregas, intervenciones arqueológicas y reordenación de fondos, la colección creció el año pasado en 832 objetos. Hace tiempo que Pallarés se ha quedado pequeño. La Junta planea restaurar algunas dependencias del monasterio de Sandoval para dar un desahogo al Museo de León. Todas las piezas —hasta las más diminutas— que aparecen en cualquier excavación arqueológica de la provincia acaban en los sótanos del edificio Pallarés. No es el único monumento que tiene ‘invadido’ el Museo de León. En San Marcos, primera sede del entonces Museo Arqueológico Provincial, mantiene un anexo, al igual que en la villa romana de Navatejera. La Junta, titular del monasterio de Sandoval, pretende rehabilitar la llamada casa del abad, de la que solo se mantienen en pie parte de las paredes, para albergar los ‘excedentes’ del museo ubicado en la plaza de Santo Domingo. El interior es ahora pasto de la maleza. En una primera fase la idea es salvar la casa del abad; y en una segunda, acondicionar la antigua cilla y la bodega, así como la galería inferior del primer claustro del monasterio, además de reponer el solado.

Una labor más ‘silenciosa’ que ha llevado a cabo el museo leonés ha sido el mantenimiento y conservación preventiva de más 320 obras y la restauración de otras 35, así como el apoyo a excavaciones arqueológicas en procesos extractivos de objetos delicados y la realización de informes para la Comisión Territorial de Patrimonio.

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