Un ‘Viaje de invierno’ con diez cálidas voces leonesas
Promesas de la lírica. Diez alumnos de Canto del Conservatorio de León interpretan en el Auditorio Ángel Barja ‘Viaje de invierno’, de Schubert, una joya del Romanticismo. La pianista Elisa Rapado acompañará a estas jóvenes promesas, algunas ya con papeles en óperas de Wagner.
Lugar: Auditorio Ángel Barja del Conservatoirio.
Hora: 20.00.
Entrada: gratuita (hasta completar el aforo).
Cuentan que cuando Schubert tuvo entre sus manos los versos de Müller, sintió tan claramente la música de las palabras, que corrió enloquecido para componer las notas que le inspiraban. En aquel momento, sus amigos y la crítica rechazaron en rotundo el ciclo de lieder —la expresión poético-musical más genuina del Romanticismo— titulado Winterreise (Viaje de invierno). El compositor austríaco solo dijo: «Ya os gustarán algún día tanto como a mí».
Hoy, diez alumnos de Canto del Conservatorio de León, acompañados al piano por la profesora Elisa Rapado Jambrina, pondrán en escena en el Auditorio Barja, a las 20.00 horas, el Viaje al invierno , una de las obras vocales más seductoras del lied , compuesta por Schubert en el último año de su vida. Se trata de 24 canciones que serán interpretadas por alumnos del Aula de Canto de Marta Arce, que «está haciendo una gran labor lírica en León», según Rapado Jambrina. Los cantantes —que cursan entre 3º y 6º—, son las sopranos Marina Rodríguez Mendoza, Xana Prieto Barrial, Eugenia Román Alonso, Cristina Díez Tascón e Irene Rodríguez Ordiales, las mezzosopranos Laura Fernández García, Sofía Suárez González, los barítonos Aarón Manceñido Martínez, Juan Fernández Polo y el bajo Javier Blanco Blanco, que ha actuado esta semana en el Teatro Campoamor de Oviedo con un pequeño papel en la ópera de Wagner Lohengrin.
El núcleo de los poemas de Müller es el amor no correspondido. Un hombre amaba a una muchacha, pero ella le abandonó. Aquí arranca la historia. No hay una línea dramática, sino que los lieder expresan las reflexiones del protagonista mientras pasea solo, durante el invierno. Predominan los temas del frío, la oscuridad, el paisaje desolado, y la soledad. Los frecuentes cambios de tonalidad marcan las variaciones del sentimiento (de la alegría a la desesperación), si bien la segunda mitad va hundiéndose totalmente en un tono sombrío.
«Sí, sus amigos le dicen a Schubert que son muy tristes», explica la pianista leonesa, «pero es la música que le apetece hacer al compositor meses antes de fallecer con 31 años».
alumnado comprometido
Esta semana Juan Luis García, profesor del Conservatorio y director de las Juventudes Musicales de León, ofreció una clase abierta de orquesta. Hoy toma el relevo Rapado Jambrina, que admite que llevan a cabo muchas actividades extraescorales y el Conservatorio ha aumentado el número de proyectos en los últimos años. Aunque desde hace una década tienen un taller lírico y cada año hay recitales de los alumnos, gracias a que este curso «hay un alumnado muy comprometido» han podido programar el recital de esta noche, con la mejor música vocal del autor de Rosamunda . Curiosamente, Schubert es autor de una ópera ‘maldita’ ambientada en León, A lfonso y Estrella, inédita en España hasta 1998, cuando León y Gijón llegaron a un acuerdo para ponerla en escena. Una obra ambientada en los tiempos del rey Alfonso II y no demasiado fiel a los hechos históricos.
Rapado Jambrina elogia el empeño de la Fundación Eutherpe o de las Juventudes Musicales. «Hay buenas iniciativas de profesores e instituciones, que intentan dar espacio para que los jóvenes músicos puedan actuar. Nos falta llenar estas actuaciones de público. Desde la pandemia, ha caído mucho el público que acude», dice.
La pianista leonesa, que continúa su labor de acompañante con Marta Arce y Adriana Viñuela, ofrecerá un concierto con esta última en Madrid y otro el 8 de mayo en el Teatro Arriaga. «Toco todo lo que puedo y donde puedo», confiesa. La profesora, emocionada con el recital de esta noche, cuenta que en Canto hay actualmente dieciséis estudiantes en el Conservatorio de León, casi todos mayores de 18 años. «Canto se elige con la voz ya formada. Con 14 años para las chicas y 16 para los chicos», lo que explica el escaso alumnado, comparado con otras especialidades, como piano o violín. «Sobre todo hay adultos aficionados o gente que acabó su especialidad y se matricula en canto». Son la nueva hornada lírica.